La última castaña

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Y ahora por los quioscos de Sol. Se confirma: hay rivales políticos y compañeros de partido, de ahí la franca animadversión que une a la Plaza de Cibeles con la Puerta del Sol. Un odio tan denso que daría para un capítulo de “Dinastía”.

El vicealcalde Cobo apela a la fibra sensible y dice que piensan llegar a los tribunales porque a ellos nadie les va a indicar qué puestos de castañas ni qué tipo de quioscos se pueden instalar, lo cuál es cierto salvo que estén en un entorno especialmente protegido, por ejemplo la Puerta del Sol que es BIC, (Bien de Interés Cultural), donde cualquier modificación está sujeta a dictamen en el que participa Comunidad, Ayuntamiento y un arquitecto independiente con voz pero sin voto. Paloma Sobrini, la decana de los arquitectos, admite que esa comisión nunca ha hecho un dictamen por disenso. “Nunca”, hasta hoy cuando Ayuntamiento y Comunidad están dispuestos a discutir incluso sin saber de qué se trata. La cuestión es llevarse mal. Ahora que en el PP están por las páginas ingeniosas en la blogosfera, no estaría mal que inventaran una que fuera aversidejamosdepelearnos.horror.org, y que ahí dirimieran sus cuitas mejor que al amanecer y con dos padrinos por testigo. Si el Ayuntamiento está dispuesto a llevar a la Comunidad de Madrid a los tribunales por unos quioscos qué no hará cuándo se trate de discusiones de mayor enjundia.

Según Cobo a ellos nadie les marca cómo tienen que ser los puestos de castañas y que la cuestión “no debe causar más entretenimiento”. La segunda parte es discutible pero la primera está bastante clara cuando se trata de un BIC, salvo que se le quiera cambiar el sentido y pasen a ser (Bien de Interés Cabezón); sería otra categoría más parecida al chiste del maño que viendo cómo avanzaba el tren hacia él dijo aquello de “chufla, chufla, que como no te apartes tú”. El entretenimiento está asegurado en cuánto haya un recurso contencioso administrativo, y se podrá aumentar la diversión cuándo llegue la temporada de terracitas y se instalen las sillas, y así hasta completar una lista de desagravios bastante peculiar. Cuando no es quiosco es hombre anuncio o castaña, (siempre una castaña). Con menos motivos Anibal mandó a Roma a hacer puñetas.

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