Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS
En la Agencia Tributaria, cuando quieren, son unos “aguilillas” a los que no se les escapa una. Después de años de convivir con el fraude y la economía sumergida se ha creado el Plan de Control Tributario 2011 que consiste en perseguir a aquellos que cobren rentas sin declarar y, al tiempo, estén apuntados al INEM. Hacienda cuando se pone digna se queda sola, otra cosa es calcular cuánto tiempo le durará este plan y a cuántas personas atraparán. Esto recuerda bastante a “Casablanca” cuando el capitán Renault cierra el bar de Rick´s, hace sonar el silbato, un camarero le entrega un sobre con dinero y exclama: “¡qué escándalo, en esta casa se juega!”. Aquel agente del orden se acababa de dar cuenta de algo que todo Casablanca sabía, incluso él que participaba en los beneficios del casino ilegal.
Como se pongan a adentrarse en el laberinto de la economía sumergida se cargan uno de los pilares económicos del país, entre la chapuza y el paro aquí se va tirando de mala manera. Si nos ponemos estrictos nos podemos quedar solos. El fraude, como concepto filosófico, es parte de la sociedad que lo consiente como mal menor; hay fraude a lo Madoff que se carga un sistema económico, y fraude de andar por casa que son ñapas y arreglos domésticos. Pero también hay fraude escolar, (no hay más que fijarse en los coches de los padres que recogen a sus hijos en los colegios concertados), fraude industrial, (empresas que cambian de ubicación para esquivar impuestos), fraude parlamentario, (diputados y senadores que con menos años cotizados obtienen la pensión máxima). Eso sí, ahora a Hacienda lo que le preocupa es la chapuza con la que miles de españoles consiguen llegar a final de mes, y dicen que para eso van a investigar en los signos externos de riqueza, supongo que revisarán los bocadillos de las obras y el que tenga loncha de jamón en lugar de mortadela con aceitunas se convertirá en un individuo sospechoso.
No conozco a dirigente político que no quiera “pactar” su fraude, Artur Mas lo ha hecho en su visita a La Moncloa dónde ha pedido a Zapatero que le libere de las obligaciones contraídas por el Gobierno de Montilla. Si cuatro millones de españoles, los que están en las listas del paro, o todos aquellos que cada mes tienen un problema con la hipoteca, pudieran pasar un rato por La Moncloa seguro que le pedirían algo parecido al presidente del Gobierno.
Ahora bien, lo que preocupa a la Agencia Tributaria son esos parados que tienen trabajos ocasionales, y van a por ellos con la eficacia que da publicar una norma en el BOE. De nuevo estamos ante otra actuación de fortaleza con el débil y de debilidad ante el fuerte, eso se nos da estupendamente, tanto como cazar moscas a cañonazos.
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