La gota y el vaso

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Toda paciencia está compuesta de pequeñas gotas que caen en un recipiente hasta que un día se desborda y entonces es noticia. No hace falta que la última gota sea de grueso calibre, bastará con que caiga a destiempo y provocará el charco que tanto llama la atención. Algo de eso le ocurre al PSM dónde no hay semana sin su correspondiente asunto judicial. A este último caso de Getafe, (denunciado por ABC en su día), al feo asunto de Collado Villalba dónde destacados miembros del PSOE municipal se daban a la francachela del cotillón navideño, cigala de por medio para que el cuadro no quede cojo.
Todos estos casos forman un paisaje de denuncias, (nunca mejor dicho), que ralentizan las ruedas del proyecto Tomás Gómez. De manera voluntaria el PSM se rebaja la velocidad de 110 Km/h a otras que no son competitivas en el terreno preelectoral. Una cosa es luchar contra la distancia demoscópica que es abultada y otra tener que zafarse de las telarañas judiciales que impiden a Gómez ver dónde tiene el norte, o dónde queda el Sol tomado como astro y como referencia geográfica de la sede del Gobierno regional.
Estas gotas sumadas no son producto del acoso constante del PP, (que tendrá que planear sus estrategias cómo le vengan bien), al revés: son el resultado de malas prácticas políticas que han ido reventando en fechas recientes. Y, contra eso, la actitud del PSM debería ser más contundente so pena de pasar por consentidor de tales desmanes, y de esa forma se alejaría aún más de Sol para enmarañarse en la tela de araña de las notificaciones judiciales. Para que el PSM sea un proyecto alternativo y de futuro tiene que acabar con la cofradía del langostino y con las concesiones a las familias por parte de sus concejales.

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