De repente Hermida

(“El Boletin“, miércoles 2 de enero, 2013)

El último gran cambio global fue cuándo de los salones desaparecieron las chimeneas y se instalaron las televisiones a las que se les dio el mejor lugar de la casa. Gente que se maneja de pena con el sistema métrico decimal en cambio entiende de pulgadas como si hubieran nacido en London down town.
Por esa televisión de muchas pulgadas y hasta con 3D va a aparecerse el rey en una entrevista que le ha concedido a una gloria de este oficio que es Jesús Hermida. El onubense es la memoria viva de las televisiones españolas puesto que conoció la etapa de oro de la televisión pública, (cuándo no había otra), y luego puso en marcha a Antena 3Tv que fue de las primeras privadas. Hermida siempre ha sido Hermida, no nos llevemos a engaño; su tono no varía con la llegada del hombre a la Luna o cuando entrevista a un torero. Sus preguntas llevan sello propio básicamente porque duran mas que las respuestas de sus invitados.
Nadie debería criticar a Hermida por haber conseguido la exclusiva, ¡chapeau por el maestro!, pero nos podemos preguntar por qué la Casa Real da exclusivas reque-pactadas. Lo suyo hubiera sido una presencia de mas periodistas de otras televisiones, claro que eso hubiera evitado “preguntas incómodas”. Lo más tonto que he leído es que será “una entrevista amable”. La entrevista es un género puro del Periodismo y no admite matices, siempre es igual se trate de quién se trate. Lo contrario se llama “jaboneo” y aburre lo indecible.
Ya lo siento por Hermida al que deseo lo mejor pero una entrevista con el monarca en la que se avisa que no se hablará de Urdangarín, Corina o el elefante abatido que terminó abatiendo a un rey, está condenada al fracaso de audiencia. Lo sé, es cruel pero en televisión todo se valora en cuota de pantalla. A ver qué dicen cuando la entrevista tenga menos audiencia que la cabalgata de Reyes Magos. Y encima el rey puede estropear la cuota de simpatía que le quedaba. Bien mirado Hermida es la persona porque cuanto menos deje hablar al rey mejor para su imagen y para todos.

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