Fumata laica

(“EL BOLETIN“, miércoles 13 de marzo 2013)

Lo va a tener complicado el Espíritu Santo para cruzar la Plaza de San Pedro porque se va a tener que abrir paso entre cables, cámaras y enviados especiales a cubrir el Cónclave Vaticano. La expectación mediática es, como de costumbre, masiva y quizá también exagerada. De repente hemos dejado de prestar atención a la puerta de la casa de Bárcenas, al juzgado de Palma dónde “palma” el Duque de idem, a la crisis, a las propuestas económicas del Gobierno y a la momia de Hugo Chávez que sigue insepulto a la espera de que un alma piadosa le diga que se ha acabado el show.
Conscientes de lo que distrae la chimenea de la Capilla Sixtina en Ferraz no descartan poner una pantalla gigante para derivar la atención de la metedura de pata de Ponferrada dónde Óscar López se ha cubierto de gloria. En Ferraz saben que han metido la pata, lo que no saben es como sacarla, pero mientras tanto el Cónclave distrae y sirve como solaz esparcimiento de las cosas terrenales. Y si ha de salir humo blanco que sea el de José Blanco echando humo por su imputación, el “cardenal” Bono no moverá un dedo para salvar el alma chamuscada de Pepiño.
El espectáculo de la progresía convertida al “vaticanismo” recuerda que muchos tienen un pasado de monaguillo que es irrenunciable. Sesudos contertulios con trienios en el agnosticismo son capaces de traducir, (con estilo muy libre), términos como “extra omnes”, “horror vacui”, o “sursurm corda”. Los hay que parece les va la vida en la interpretación de la liturgia de la Iglesia aunque terminen por hacer apuestas como si la elección de un Papa fuera una carrera de galgos y ellos animaran a su campeón con gritos desde los micrófonos. No creo que esperen que el Espíritu Santo vea tertulias pero por si acaso ellos le quieren orientar.
Hoy todas las miradas conducen a Roma y en función del elegido volveremos a escuchar loas o críticas porque el nuevo Papa será nombrado bajo esta presión mediática y con el morbo de saber si irá a Castel Gandolfo a saludar al emérito Ratzinger o se quedará en Roma dónde tiene la ardua tarea de ordenar un patio bastante revuelto empezando porque no le salga otro mayordomo infiel o se le revele un sector de la Iglesia. Así que de momento todo es vista a la chimenea y alegres comentarios de poca base teológica pero que entretienen a las almas cándidas.

Compartir:

Etiquetas: , ,

Deja una respuesta

*