Por la espalda

Uno nunca se da cuenta de lo que tiene detrás, ya sea el pasado que pesa o las imágenes que se pierde. Y puede ocurrir que dos se amen mientras uno ignora lo que ocurre a su espalda. Pasarán los siglos y la nariz nunca verá los hoyos que hacen los omóplatos cuando deciden descansar del peso de los brazos.

A nuestra espalda sucede un mundo mágico que nos tenemos, necesariamente, que perder. Da rabia pero no tenemos dos caras.

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Mientras mi amigo Juan Pelegrín me hacía esta estupenda foto al fondo, en un marco, dos se besaban. Es verdad que hacía mucho tiempo de ese beso pero cuando le das la espalda a una fotografía ésta cobra vida.

Un beso de almacén de los que dejan sombra.

Yo, en cambio, tenía la cabeza puesta en otro sitio y bien que lo siento.

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8 Respuestas en “Por la espalda”

  1. Para no resultar demasiado ingenuo, responderé a tu entrada de la manera más ingenua posible: en el ámbito de la política.

    No se puede generalizar diciendo que no tenemos dos caras. Demostración: ¿Tienen la misma cara algunos/o en el Parlamento que en determinadas cumbres?

  2. laavutarda dice:

    Muy Señores Míos: tu planteamiento crea en mi una inquietud. Me pregunto si la pareja de la foto se hubiera besado en presencia de un político, o si por el contrario aprovecharon la ocasión para darse el pico. Si tuviera que firmar este post me pondría de nombre Madre Santa del Amor Hermoso.

    El político de dos caras me da más miedo que confundir las lentillas con las chinchetas.

  3. victoria dice:

    Madre Santa abres tantos frentes en tu post que una no sabe por donde tirar….Estoy convencida de que uno/una se pierde lo que quiere perderse de lo que está ocurriendo a su alrededor ya que, afortunadamente, siempre contamos con evidencias que podrían/pueden confirmar una primera intuición. Entonces, si así fuere, nada que objetar. Somos muy libres de poner nuestra atención donde queramos o donde nos dejen ponerla la carga emocional y el fardo de la memoria con los que todos apechugamos.
    Lo de las chinchetas es tremendo…
    Victoria

  4. Carlos García dice:

    Hombre confiado aunque “centrado”. Si detrás del i-phone que te inmortaliza, aparte del fotógrafo-contertulio, está la pared éste último te tiene centrado en su diatriba.
    Es un viejo truco de los RRHH entrevistar al opositor frente a una pared para que no pueda despirtarse.
    Yo jamás lo hago -y no soy mafioso- porque las paredes me guardan la espalda. Veo lo que entra y sale, y si la conversación me aburre puedo disimular mejor.

  5. Bárbara dice:

    ¿pero no hablábamos de amor? Los mejores besos son sin duda los de almacén, los que se conservan siempre frescos poque no les da la luz directa del sol.

  6. Madre Santa del Amor Hermoso… no sabes cómo me gusta: mis felicitaciones por tamaño acierto.

    Y lo de las chinchetas, muy ocurrente, pero cierto.

    Bárbara propone besos eternamente frescos… buenos serán si son cálidos esos besos frescos.

  7. laavutarda dice:

    Carlos: era John Le Carré el que decía que un buen inspector no se puede sentar de espaldas a una puera.
    Bárbara: esos besos de almacén hicieron mucho por la prosperidad económica y por las ganas de ir a trabajar que tenía la gente durante la segunda revolución industrial, luego se les pasó porque donde tengas el capitalismo no metas la olla.
    Muy Señores Míos: ¡Diantre!, ¡cómo no había caido en la cuenta de que a mi espalda todo era más cálido del verbo “nosepuedeestarmejor”.
    ¡Madre Santa del Amor Hermoso!, válgame Dios que desatino, ¡por humanidad!

  8. laavutarda dice:

    Victoria: es cierto, lo de las chinchetas es tremendo y altamente doloroso según relatan algunos manuales de intervenciones de primeros auxilios. Esperemos no sea pandemia sino leve intoxicación mental.

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