Revilla y las coristas

(“EL BOLETIN“, jueves 27 de febrero 2014)

Si te han “pillao con el carrito del helao” lo menos que puedes hacer es reconocerlo y pedir disculpas, y no decir que andabas buscando un reportaje sobre Blesa y te encontraste con una señorita en top-less. Revilla recuerda a aquellos personajes de la transición que escondían revistas picantes dentro de un periódico para que no les vieran los vecinos, pero puestos a recordar es clavado a Quique Camoiras que junto a Juanito Navarro se convirtieron en los reyes del cabaret cutre-lux en los que el muslo y el chiste legionario se anteponía a la calidad del espectáculo.
Revilla-Camoiras pillado mientras miraba a unas titis en posado artístico, asunto que aconteció durante un pleno por el que cobra como diputado. Lo que se discutía en la Asamblea cántabra le traía al pairo, y porque no dejan fumar en lugares cerrados porque en ese caso la ceniza del puro habría caído sobre el culo de la chica coprotagonista del relato. Pero él insiste: ¡qué culpa tengo yo si para llegar al reportaje de Blesa tenía que pasar por Miss Enero! Acabará demandando a “Interviú” por colocar tentaciones en el camino de un santo.
Pero no hay motivo de preocupación puesto que este asunto le servirá para hacerse otras cuantas tertulias, con o sin mama-chichos, y de paso solucionar los problemas de España en cinco minutos porque Revilla es un fiera, su capacidad de análisis simple ante situaciones complejas le convierten en un súper héroe sin capa. Eso sí, ahora sabemos cuál es su fuente de energía y cuáles son los motivos que le llevan a mantenerse lozano, vivaz y viejo verde. Porque aunque él lo niegue, (dice que a su edad no le provoca la carne cruda), en realidad es un artista que con una mano lee el BOE, con la otra “Interviú”… y pasa las páginas con la colilla, ¡la del puro!

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