El mal gusto es una franquicia universal

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En Marbella se han vendido tumbonas redondas con 20 botellas de champán por mil euros / El rey Fahd trajo en el año 2002 más limusinas que las que circulan en Los Angeles / Los que dicen que el doctor Iglesias Puga está mayor, que se anden con ojo
————————————————————————————

MARBELLA.- No está claro el origen de lo kitsch, de lo hortera.Es posible que fuera Noé el causante cuando colocó llaveros en el puente de mando del Arca. El mal gusto es una marca blanca universal que luego abre franquicias; en Marbella tiene las más potentes. Anoche vi a un joven que lucía una camisa de Bruce Lee con dragones estampados, me recordó el título del último disco de Rosendo: Lo malo es ni darse cuenta.
Sabido es que allí donde hay ambiente marino se puede dar la peligrosa especie del Pepito Piscinas. La moda cool (retenga el término porque lo escuchará continuamente) es acudir a un club de mar, recintos de lujo en los que el camarero se acerca con la bandeja rebosante de cigalas que bailan flamenco con sus pinzas rosadas (¡que no farte de ná, zhiquillo!). El Ocean Club es uno de ellos, cool por supuesto. Allí puede uno tirarse una botella de Moët & Chandon por encima, siempre que pague 50 euros.

Federica Loi, inspiradora, dice que la tendencia causa furor.Han llegado a vender tumbonas redondas con 20 botellas por mil euros, y Kathia Umeña (pinchadiscos que se hace llamar dj Unique) presta su cuerpo al servicio del experimento fotográfico. Seguro que Esperanza Aguirre pagaría incluso más por tirarle cava por encima a Carod y luego darle con el casco como si botara una chalupa. El efecto Fernando Alonso provoca esta desviación del comportamiento racional. Los pobres se hacen lamparitas de mesilla de noche con una botella de vino de Cómpeta, vacía, y los ricos tiran el champán francés en un gesto freudiano de eyaculación de la opulencia.

El difunto rey Fahd (aquí le decían el rey Fax) también hizo lo suyo para contribuir a la imagen que luego explotó Torrente en el cine. La Asociación de Empresarios y Profesionales de Marbella emitió una nota en la que dice que el rey se recuperaba en la ciudad «gracias a la bondad del clima y a la belleza paisajística».Y supongo que también a la belleza del harén que hacía caminar como pavos por Puerto Banús mientras cuatro tipos malencarados rodeaban a unas jóvenes tapizadas en negro ruán.

La última vez que vino, en 2002, trajo más limusinas que las que circulan en Los Angeles (California); el séquito era tan espectacular que no descarto fueran los mismos coches que daban vueltas por la carretera de Istán. Para este rey feudal y megalómano que movía más extras que una película de Cecil B. de Mille se abrían las tiendas a deshora sin que hubiera queja alguna por parte de los sindicatos. El palacio es tal y como el humorista Pedro Reyes describía el cielo: «Mucho lujo, mármol, oro». Una gigantesca gumía floral se divisa desde la antigua Nacional 340, y al fondo la réplica de la Casa Blanca (si hubiera tenido buen gusto se habría hecho una réplica de La Alhambra, pero no). Opulencia en los baños, alfombras tupidas como bosques, mucha danza del vientre y ciertos privilegios municipales a la hora de moverse por la ciudad, quizá porque el gilismo hubo un tiempo en el que aspiró a ser dinastía. Un detalle de lucidez que tuvo el monarca fue negarse a recibir a Gil en numerosas ocasiones. Si al que ata perros con longaniza se le considera un benefactor, éste hombre lo era.

Papá cumple 90 años. El doctor Iglesias Puga, representante de Míster Bean en España, ha celebrado en Ojén tan magno acontecimiento.En cierta ocasión Compay Segundo desveló el secreto de su prolongada juventud: fumal, bebel y jodel. Es posible que la clave de Papuchi sea la envidia. Muchos de los que le critican en el fondo sienten un profundo malestar estomacal por la vida que lleva el doctor.Ya se sabe que un hombre feliz siempre molesta. Y los que dicen que está mayor que se anden con ojo porque este médico le levanta la Kournikova al nieto y dos más, como se dice en el lenguaje del mus.

Tengo lesionado a Manolito el tormento, un esguince de tobillo.Se tiene que cuidar porque el toro semental de Hormaechea, Sultán, se malogró por culpa de las rodillas. El animalito tenía el órgano reproductor de cine pero le fallaba la maniobra de aproximación, absurdamente fue sacrificado y el pirindolo se echó a perder.Por el bien de las que aúllan la vuelta de el tormento hacemos votos por su pronta recuperación.

Uno de mis contactos, Licorera 23, un travestón que trabaja en una sala de arte y desmayo (acuñación propia) y que toma pastillas para ser Juncal Rivero, me cuenta que a los pijos de Sotogrande y Guadalmina los tiene clasificados en: Sotoborjas y Borjaminas.Licorera me ha soplado que para desplazarse por el casoplón de José Luis Moreno hay que ir en carrito de golf, o sin tacones, pero ella antes muerta que en vespilla. Como epitafio un pensamiento de Gisela: «Me gustan los paisajes de Panamá pero también me gustan mucho los parques de atracciones». También hay pensamiento kitsch.

Compartir:

Etiquetas: ,

Deja una respuesta

*