La gente bien no suda casi nunca

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En las piscinas de Guadalmina, las tatas controlan a los retoños del poder / Los ligues de María Eugenia caerán como pregunta en Selectividad / En Banús, las colas no están en restaurantes de lujo sino en pizzerías / Banderas estudia el papel de ‘El hombre invisible’
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MARBELLA.- Siempre hay un camino a la derecha, en concreto el que sale de la ermita de Guadalmina hacia el mar y conduce al lugar más exclusivo de Marbella. Hay zonas con el sabor de Coral Gables, en Miami: avenidas amplias, domésticas vestidas de uniforme que pasean al perrito bajo el sol, muchos guardias de seguridad que sólo recelan de los coches de 10 millones de pantojos para abajo y un campo de golf apto para anuncios. Dicen que tiene un microclima, por eso lucen tan estupendos, pero, en realidad, es pura aplicación de las leyes de Darwin: las especies se seleccionan expulsando a los individuos extraños.
En Guadalmina no hay rastro de La Campanario, monstruitos de Gran Hermano, artistas en promoción o cacatúas de la edad de Marujita ‘Cromañón’. Es un refugio del poder económico, de capital del norte huido al sur y de la derecha en pantalón corto; muchas de las villas se han adquirido con suculentas indemnizaciones por despido. Allí tienen casa el banquero Jose María Amusátegui, Miguel Blesa (presidente de Caja Madrid, entidad que construye una nueva fase en el paraíso), Concha Tallada (ex de Villalonga, amiga de Ana Botella), María Porto (más que amiga de Alvarez Cascos), los hermanos Ballvé (Campofrío y Telepizza) e Isabel Sartorius (esa chica bien que iba para sirena varada y se quedó en ballena herida porque hay disgustos que alimentan).

Son los pata negra del verano. El listín de teléfono de Guadalmina viene forrado en cuero y con bordes de pan de oro. Lógicamente, no les interesa juntarse con la caspa del famoseo, sólo coinciden con ellos en los cines de Banús y en el aeropuerto, pero los borjamina hacen como que han visto a un pobre. Ni puñetero caso.Entre Gualdalmina y Sotogrande, un poco más al sur, hay un puente constante de chicas ideales y de novios con posibles que gangosean en consonante. No es casualidad que el hijo de Pedro Arriola y Celia Villalobos se casara en la pequeña, blanca y algo naif ermita.

Cada tarde un ejército de tatas con menos papeles que una liebre se sienta en la piscina a controlar a los retoños del poder; es una curiosa postal de la alianza de civilizaciones. Por supuesto, no quieren saber nada de la movida municipal ni fotografiarse junto a sus protagonistas, todo lo más llevar a las niñas a Marbella para que aprendan a bailar flamenco en la escuela de Paquita-Jesús.

Varias millas más al este toma el sol la recién llegada María Eugenia Martínez de Irujo (MEMI). Ha venido a Marbella a descansar de lo que ha descansado en Ibiza junto a Gonzalo Miró. MEMI debería hacerse revisar la relación entre sus feromonas y los lugares de costa. No hay verano que no encienda pasiones. El año pasado colocó un cartel en la puerta de su casa para que la dejaran en paz. Ahora ya puede blindar la cerradura con las obras completas de Heidegger, va a dar igual. Sus ligues son tan populares que no extrañaría que cayeran como pregunta en los exámenes de Selectividad de septiembre. Un comentario de texto con Fran Rivera, Colate, Gonzalo y otras víctimas del duquesado es de gran interés narrativo.Debido a la complejidad de su vida pasional, no estaría de más que las revistas regalaran un diagrama de árbol con los detalles.Las fotos tórridas que publica ¡Hola! podrían haber costado 15 millones de pantojos. Luego dicen que sube la temperatura del Mediterráneo.

Me sopla Licorera 23 que en Banús las grandes colas para cenar no están en los restaurantes de tronío sino en pizzerías y creperías.En su móvil tiene captada la imagen de una pija cósmica esperando turno; Licorera lo llama «turismo diesel» (a ella sólo le va lo que sea súper o súper plus).

Esta noche, encuentro en la cumbre: la duquesa de York viene a la cena de gala de la Lucha Contra el Cáncer. Teniendo en cuenta lo tiesa que va, daría igual que trajeran el original o la estatua de cera, (eso de tomar el té con la suegra en Buckingham debe ser muy duro). Espero encontrarme con Nina Junot, que tres días sin verla es para preocuparse. Igual tiene resaca de los timbales de Carlinhos Brown.

En Taegu (Corea del Sur), ha palmado un tal Lee después de 50 horas jugando en Internet, se ha ido al cielo, donde podrá disfrutar de banda ancha y tarifa plana. Asunto que preocupa a alguna vieja gloria marbellí: ¿cómo es posible que alguien muera tras 50 horas haciendo lo mismo y a nosotros, que llevamos 50 años tocando la misma partitura, nos salga más pelo y los dientes se vuelvan más blancos?

Manolito ‘El Tormento’ tiene dos propuestas: la primera es que Antonio Banderas está estudiando el papel de El hombre invisible, por eso no se le ve. La segunda es que él sólo toma el sol de cara porque la espalda le da igual. «A mí el que venga por detrás, como no lo veo, no me interesa». Le voy a apuntar al torneo de dominó viviente, negro por delante y blanco por detrás, le pinto 12 lunares y es el seis doble.

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