‘No vienen políticos al mercado’

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO:
Orígenes. Cabeza del Buey (Badajoz), 1964. Currículo. «Trabajo en el mercado por azar. Tengo la carrera de Enfermería, pero cuando acabé había mucho paro, apenas había trabajo y mal pagado en residencias de ancianos. Comencé con una mercería en este mercado, en 1983, y luego le compré el puesto al frutero, que se jubilaba. Algo de eso entendía porque mis abuelos tenían una finca con frutales en el pueblo. Durante un tiempo alterné este trabajo con otro en Mercamadrid». Aficiones. «Navegar en el pantano de San Juan. Tengo barco y título de patrón». Debilidades. «Respeto la siesta». Virtudes. «Soy muy paciente y buena vendedora». Defectos.«Soy un poco rebelde».

En un mercado ocurren muchas cosas, algunas muy cotidianas, pero ninguna de ellas es corriente. Por allí pasa la vida, la gente, el IPC, el lenguaje castizo de despachar con arte. Según Conchita «se vende según el carácter», o lo que es lo mismo: se vende como se es. Ella es trabajadora, se levanta con las calles sin planchar para ir a por género a Mercamadrid, y luego traerlo al mercado de Antón Martín, donde hay otros 125 puestos. El suyo le costó dos millones de entonces, «no había ni bonotransporte».Hoy pagarían por él más que por un piso en La Castellana.

Pregunta.- ¿Le puedo llamar verdulera?

Respuesta.- Me pueden llamar lo que quieran, depende de quién lo diga. Tengo un cliente que me dice: «¡hola verdulerilla!».

P.- ¿Hay que tener labia?

R.- Mucha. Si viene una a por una coliflor le vendo también un manojo de espinacas, lechuga y si no quiere algo más también intento vendérselo (risas). A los gorditos les recomiendo productos para hacer dieta.

P.- ¿Se despacha en castizo?

R.- Yo eso lo mantengo: ¿a cómo va esto?, ¿a cómo me lo pones?, coja usted la vez

P.- ¿Miedo a las grandes superficies?

R.- Los que tenemos negocios familiares luchamos a base de trato.

P.- ¿Conoce a todos sus clientes?

R.- Por supuesto a los habituales, pero también vienen muchos de paso, muchos sacan fotos. Los ingleses y los japoneses son los que más fotos hacen al puesto.

P.- ¿Y usted posa?

R.- Si me lo piden y puedo, ¡claro! Con unas mexicanas que vinieron mantengo el trato: me escriben, llaman por teléfono

P.- ¿La más habitual?

R.- Todas las mañanas viene una señora mayor a estar conmigo (Adela), echa el rato porque está mejor que con sus vecinos.

P.- ¿Hay trabajo para todos?

R.- La verdad es que nos conformamos con poco (risas). Si te mueves por el dinero te tienes que ir.

P.- ¿Y rencillas, también?

R.- Son inevitables. Por ser mujer he tenido muchos problemas, los fruteros que llevaban más años lo llevaron muy mal.

P.- ¿Le agobiaron?

R.- Me contaban las cajas que vendía. ¡Yo no sabía las cajas que había traído y ellos sí!

P.- ¿Ha vendido una lechuga a Gallardón?

R.- No vienen políticos al mercado, ni en campaña electoral.No les interesamos.

P.- ¿La bruja de Blancanieves era colega?

R.- Casi, casi (risas). A mí lo que más me gusta es la mandarina, ¿sabe lo que le digo?

P.- ¿Existe la fruta de la pasión?

R.- ¡Sí! Es el maracullá.

P.- ¿Funciona?

R.- Un vez recomendé unos mangos a una señora mayor, le dije que eran afrodisiacos una cosa que la tomas y sienta muy bien.Al día siguiente me dijo que había pasado una noche malísima (se los comió duros).

P.- ¿La relación perversa manzana-mujer?

R.- Creo que hay más hombres perversos. La manzana está en todas las dietas, es la mata-hambres (risas).

P.- ¿Cuál es la fruta de moda?

R.- Desde que El Vaticano dijo que el Papa Juan Pablo II tomaba papaya, se venden mucho más. Antes no se gastaba.

P.- ¿Quedan verduras naturales?

R.- En Madrid no existen esas huertas que había antes, las han convertido en pisos. Me refiero a las de Orcasitas o Legazpi.

P.- ¿Aquí se ve el IPC?

R.- ¡Qué va! El IPC se manipula mucho. Te dicen según estadística y yo me pregunto ¿quién las hace?

P.- ¿Y la crisis?

R.- Cuando hay crisis dejan de comer judías y comen más patatas.

P.- ¿Qué tienen que ver pollo y repollo?

R.- (Risas) Para mí tienen que ver muy poco. Repollos locos no hay.

P.- ¿Y la ternera con la ternura?

R.- Cuando veo el bloque de ternera no me acuerdo de la ternura, ¡para nada! No soy vegetariana, como de todo, incluso acelgas que antes no me gustaban.

P.- ¿Se lleva los tomates que nadie quiere?

R.- Parezco la recicladora porque hay cosas que te da pena tirar y las gastas.

P.- ¿Da comida a quién lo pide?

R.- Desde hace tres o cuatro años viene mucha gente pidiendo, las pensiones son muy pequeñas, tienen que pagar la rehabilitación de las casas y no llegan.

P.- ¿Tiene una pequeña ONG?

R.- Es terrible, fueron buenos compradores, pero ahora se encuentran con malas pensiones. A una señora le pagaron para que dejara su piso y se fuera a una residencia, al despedirse me dijo: «espero morirme antes de que se me acabe el dinero».

P.- ¿A cuánto están las uvas?

R.- Ahora a 1.99, este año hay uvas para aburrir. Estarán más baratas en Navidad.

P.- ¿Por qué comemos uvas el 31 de diciembre?

R.- Por tradición, la verdad es que en Navidad las uvas están malísimas (risas).

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