Coros y danzas

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Conocidos cargos electos… significantes cargos regionales de PP y PSOE (por lo tanto significados representantes públicos) estarán sus ilustrísimas tan orondas después del pifostio municipal que organizaron el sábado en Chinchón. Al margen de la moción de censura ustedes montaron una moción de espesura, (voces, gritos, coreografía chusca para un foro de debate público). Mientras que el paisanaje mostraba una actitud de lo más contemplativa fueron ustedes los que se salieron del tiesto con una actuación entre cómico y grotesca, sacando lo peor de sus voces cuando tienen otros cauces y otros tonos con los que poder reclamar.No es de recibo, se ciscan en las pautas de comportamiento democrático y luego dirán que la gente está crispada, empiecen ustedes por una dosis de lexatín y continúen con el debate. Por la vehemencia de sus expresiones parece que ya venían de casa con los gritos aprendidos en una suerte de excursión de coros y danzas de la agitación social.
‘Marbellear’… es un verbo que hasta el sábado no tenía sentido en la Comunidad de Madrid, consiste en reventar un acto público con expresiones malsonantes y comentarios de taberna. A ver si les cabe por el coco duro que tienen: les han elegido para que representen al pueblo, no para que se pongan las peras al cuarto, y ustedes en Chinchón marbellearon que dio vergüenza ajena. Se vota a las personas más capaces para desempañar una función pública y no a luchadores de sumo democrático para que se agarren de la solapa. Les faltó un hervor para acabar como en el parlamento de Taiwán donde si no te rompen seis pares de gafas por legislatura no eres nadie, allí lo tienen tan asumido que sólo votan a los que tienen dioptrías para que el espectáculo no decaiga. Sosiéguense vuesas mercedes y retomen la cordura para discutir en la mesa del transfuguismo o en los foros que estimen oportunos, y recuerden que hace cuatro días se juntaron para alabar el espíritu de tolerancia de Tierno Galván.

Un niño que hacía ruido… en primera fila y no paraba de dar la tabarra salió volando en brazos de un policía municipal, a estas alturas se desconoce si el niño formaba también parte del cuadro de coros y danzas, o si por el contrario tomaba notas del comportamiento de sus mayores. En justa proporción si al chavalín le mandaron a paseo, a sus ilustrísimas deberían haberlos enviado a repeinar melones de los que brotan por la zona. Háganse a la idea de que se espera algo más de su comportamiento, al menos una forma más original, enérgica pero noble, de hacer política.

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