Foto de familia

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Uno se hace mayor cuando olvida el nombre de algunas personas que aparecen en el álbum de fotos, porque la memoria es ese montón de espejos rotos que decía Borges. Para ser reina de Inglaterra hay que tener mirada histórica, nervios templados, y un sentido especial del tiempo. Tan inglesa es la reina Isabel II que su cumpleaños es en abril pero lo celebra en junio, (¡a ver si ahora la realidad nos va a estropear una buena noticia!), y para conmemorar que le caen 80 primaveras le han hecho un álbum de fotos. En ese cuaderno del pretérito imperfecto han puesto tres instantáneas de Lady Di olvidando adrede a Camila Parker, asunto que no hará tambalear las Bolsas europeas pero que menea a la institución coronada. Si bien es verdad que entre la reina y Diana no hubo nunca entendimiento intelectual (era del todo imposible), sí es cierto que fue la madre de sus nietos y del futuro rey de Inglaterra un siglo de estos. Pero ningunear a Camila es un real feo hecho con intención de molestar con todas las letras. Pensemos que dentro de 4.000 años alguien encuentra el álbum y también topa con la momia de Camila (entonces estará igual que hoy), ¿qué pensará ese antropólogo despistado?, ¿cómo completa el puzzle?
Si en unos cuantos milenios alguien encontrara la foto de Manuel Cháves abrazando a la duquesa de Alba (la mañana en la que fue distinguida como hija predilecta de Andalucía), llegaría a la conclusión de que el nuevo cacique legitima a la aristócrata y ésta se deja premiar en su condición de gran receptora de fondos agrarios europeos, ¡puro espejismo sin duda! Las fotografías sin explicación son más peligrosas que un telegrama en manos del canciller Bismarck; por eso en las universidades se crearán cátedras de expertos en interpretación de negativos que serán los jeroglíficos del futuro. Imaginemos que alguien, llevado por una legítima nostalgia, sacara una foto de Verstrynge en la convención del PP. Sería un acto fallido, fuera de contexto, absurdo, algo que provocaría la confusión en los presentes y que nos remontaría a la vieja AP que murió de éxito. Una de aquellas fotos de Verstrynge con el loden verde antes de que decidiera comprarse la ropa en la tienda del guerrillero, cortarse el pelo en la peluquería de Evo Morales y hacerse con unas gafas del hermano John. Sería otro caso flagrante de negativo mal explicado, Verstrynge es al PP lo que la duquesa de Cornualles a la monarquía inglesa, un recuerdo del que se puede prescindir.

Todos tenemos un pasado pero el disco duro de la memoria se alimenta sólo de recuerdos positivos, tal y como hacía Stalin cuando mandaba borrar a Trotsky de las fotos oficiales, operación artesanal puesto que no se había inventado el fotoshop. El resto son cristales rotos, hojarasca en el patio, estampas de baúl sin explicar.No todas las fotos de hoy tendrán sentido en el futuro.

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