(“El Boletin”, jueves 31 de enero 2013)
¿Ha visto usted a Bárcenas?, ¿Sabe algo de unos sobres?, ¿Dice que viene de parte de Amy Martin o de la Pantoja?, ¿Pero no era que los malos estaban en Sevilla pringados de ERES falsos?, ¿Lo dice usted por Valencia o por Cataluña?, ¿Qué hay del tres por ciento?, y así hasta completar la Torre de Babel construida sobre intenciones poco claras. La idea era crear un pacto anticorrupción pero es imposible porque la corrupción es parte del sistema, de otra manera no se entiende que un señor que era profesor de las Infantas en el colegio acabe dándoles consejos de cómo invertir su dinero en un negocio y tenga un trato tan familiar con Urdangarin que le permita no extrañarse al recibir un correo firmado como el duque “em.. Palma.. do”, (una vez quitada su imagen de la página de la Casa Real ha pasado a ser el duque “des.. web… ado”).
Esta mañana en el Congreso ha quedado claro que es imposible alcanzar un acuerdo contra la corrupción porque mis corruptos huelen mejor que los tuyos, y no hay que echarle la culpa a Rajoy o a Rubalcaba, insisto en que el sistema es así y se engrasa a través de porcentajes sacados del robo a las arcas públicas. Cualquier intento de sanear esa corrupción está condenado al más triste de los fracasos, abandonemos toda esperanza. A todo lo mas que se puede aspirar es a un pacto de la decencia que incluya austeridad verdadera y voluntad de diálogo. Lo otro si que son mamandurrias malintencionadas.
El calendario nos dice que el Príncipe cumple hoy 45 años que no es edad redonda pero que nos lleva a fijarnos en él como promesa de regeneración democrática, pero el Príncipe no es un personaje de cuento y está inmerso en la misma sociedad que habitamos todos, no sería justo cargar sobre sus hombros el trabajo que durante años los demás se han negado a hacer. Hay quién espera a que don Felipe saque la espada clavada en la piedra.
Total que nadie ha visto nunca a Bárcenas, que Durán es un santo varón, Griñán un presidente que no vio nada, Camps un pobre hombre que ahora da clases de Ética en la Universidad, Amy Martin la autora de moda, Caldera un tipo sin “Ideas”, y así hasta completar el panorama de hoy. Esta España corrupta huele a entierro del conde de Orgaz que no termina de morirse nunca.
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