Entradas en agosto, 2007


El enviado

agosto 13th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A Cristo mal pintado, mucha sangre (con ese lema, algunos pintores andaluces del XIX perpetraron cuadros con escenas dantescas; el rojo disimulaba lo burdo del trazo. Ellos se creían Murillo pero las musas les tenían por pegabrochazos). De igual forma, a grandes males… que se coja la maleta un secretario de Estado y se vaya a Barcelona. A Víctor Morlán, el enviado, le ha caído el marrón completo de apagones y retrasos ferroviarios. La situación estaba tan tensa que en Moncloa movieron la tierra en Ciudad Real para distraer el epicentro de la noticia. Todo depende de la labor del enviado, que se sitúa entre el milagro y los cuidados paliativos; en caso de ir mal su mediación, no se descarta que tengamos nuevas réplicas del temblor. Además, un meneíllo sísmico de consecuencias livianas le pone al personal la cara de cuando han bajado de la montaña rusa: ¡qué divertido es un sustito! Morlán tiene la obligación de acabar con el problema antes de que la mecha ardiendo llegue hasta la ministra de Fomento, cuya ausencia huele a chamusquina. De entrada, le ha reventado las vacaciones al Gobierno de Montilla, que ya era hora, aunque la tardanza en la incorporación haya que achacarla también a los retrasos habituales. Si los barceloneses no consiguen enlazar con sus trenes, tampoco su Gobierno logra llegar a tiempo al despacho. Es lo que se llama democratizar la catástrofe. Hasta es posible que en Port Aventura incluyan a la estación de Sants como parte de un nuevo parque temático del apagón y allá te las compongas. Con una versión cinematográfica humorística: Te montas como puedas, y otra más elaborada: Una verdad incómoda. El enviado tiene que convencer a las autoridades locales de que no es bueno un Gobierno unplugged; un concierto acústico tiene sentido cuando uno llega a categoría de estrella del rock pero no cuando tiene que dar explicaciones a los ciudadanos de por qué no funcionan las comunicaciones más elementales. Para dar mayor credibilidad a la misión del enviado le han retirado la red, es decir la tarjeta de embarque, y ahí te quedas hasta que funcione todo. Ya sólo queda que su foto y número de móvil se pasee en las avionetas que barren las playas a baja cota, para mayor escarnio. Más nos vale que acierte; en caso contrario pueden ir asegurando la lámpara del comedor, porque el temblor volverá y con mayor fuerza. Aquí nada se escapa del juego político, ni las entrañas de la tierra. Morlán suda como en las películas: no sabe si cortar el cable rojo o el azul. Contengamos la respiración.

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El meneíllo

agosto 12th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El temblor del domingo fue de poca cosa, apenas un 5,1 (una nota que no le hubiera bastado en Selectividad para elegir carrera), pero demostró varias cosas: que no sólo en Cataluña tienen el monopolio de las emociones fuertes, que también en el resto de España tenemos emociones y que no sólo se desploma la Bolsa sino también el magma de la tierra.

A lo primero, es decir a los apagones de Barcelona, no les debemos tener ninguna envidia porque significa que cuando no se cultivan las obras públicas llegan las catástrofes colectivas. Por ejemplo el lío de la estación de Sants aplicado a las cercanías de Atocha? hubiera ardido Troya y su provincia. No es de recibo lo que padecen los catalanes con natural resignación de que ya se arreglarán las cosas. A la administración le corresponde ocuparse del mantenimiento y posterior cuidado de las instalaciones que ofrecen servicios a su comunidad.

Lo segundo, las emociones fuertes no son patrimonio exclusivo de los catalanes. En Ciudad Real tuvimos el epicentro de un meneíllo sísmico que se notó en toda España. Poca cosa, apenas un temblor o calambre de los que se pueden contar antes las cámaras del Telediario y que sirvió para demostrar que nos levantamos muy tarde, que tenemos lámparas de salón muy grandes y que enseguida que ocurre algo la primera en llamar es la cuñada, que ya a su vez llamó al 112 pero tenían la centralita bloqueda de cuñadas necesitadas de una explicación. Pero todo tiene un tope, hasta el número de cuñadas que puede admitir una centralita después de un temblor.

Y, por último, la cuestión de la Bolsa parece que nos tiene al pairo. Y debe ser verdad, porque si los ricos no se vuelven de Mallorca tampoco nos vamos a desesperar nosotros. Cuando la Bolsa se quema, algo suyo se quema, señor conde. Cuando ustedes vean arder el primer yate, échense a temblar, pero mientras tanto podemos soportar el tirón de la Bolsa sin que se nos ricen los pelos de los brazos.

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El mohicano

agosto 8th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Alguien escribió, (en un alarde de imaginación creativa) que Puras era el último mohicano de los socialistas, a lo que otro le respondió: ?joder, ¡pues sí que dura el último mohicano!?, no faltándole razón. Hay últimos estertores que duran más que un traje de pana.
Así que Sanz, presidente de rebote, cuenta que hará un programa con ?guiños? a los socialistas. Es decir, al mohicano. Es decir, al que Zapatero le ha cortado la cabellera para incluirla en una hornacina en el panteón de mohicanos ilustres, junto a Rodríguez Ibarra, Sebastián, Simancas, López Aguilar y otros. En Moncloa pueden hacer un Cine de Barrio porque ya tienen suficientes cadáveres como para que una proyección resulte entrañable. Se contrata al pianista y a Carmen Sevilla y se ponen unos canapés de atrezzo y queda un producto sentimental y gastronómicamente insuperable.
Depuración viene de Puras, y hasta si me a-puran podemos hacer cuarenta juegos de palabras más, pero a él no le harán ninguna gracia porque cuando eres el último mohicano echas en falta a otros indios con los que platicar, (como se dice en el diccionario de Los Panchos). A Zapatero le ha dado por urbanizar la reserva para que no le canten esas canciones tan plastas que le recuerdan el disco de grandes éxitos de Labordeta.
Dicen en Ferraz que lo de Navarra es un éxito, ya es curioso. No debe ser muy sano acostumbrarse a perder. Es como en el chiste de aquel argentino que regresa de un coma de treinta años y le cuentan lo de las Malvinas. ?¿Cómo quedamos??, pregunta el porteño. ?Soberbio?, le responde el médico: ?¡fuimos segundos!?. Pues eso.

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Odios gananciales

agosto 7th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El amor está estupendo mientras dura, es pasión intensa que inspira a poetas y boleros. Gracias al amor funcionan las floristerías y las mesas para dos en los restaurantes, pero hay algo más profundo y duradero que la pasión: el odio. Que se lo digan a esa madrileña que ha esperado ?apenas? quince años para que el Tribunal Supremo considere que la indemnización de su marido era un bien ganancial. El montante son 13.703 euros, pero es lo de menos, da la impresión de que estaba dispuesta a pleitear hasta por una pegatina. Por otra parte nada hay que objetar cuando uno pelea por lo que considera es suyo, (de uno, o de una).

Así que su ex pareja, de la que se separó al poco de cobrar esa indemnización, deberá ponerse al corriente de pago y soltar la gallina, (expresión popular de aflojar el parné, más popular aún), y aportar la mitad de un dinero que es fácil se haya pulido con el paso de los años. Y no tanto porque fuera un manirroto sino porque entre el IPC, la hipoteca y un par de vicios más? a uno no le da la vida para mucho. Es lo que tiene la sociedad de consumo: que consumes o te consume.

El odio es un material resistente que soporta el paso del tiempo y no se oxida. Utilizando el odio como elemento base se construyeron barcos de guerra que dieron la vuelta al mundo a cañonazo limpio. Hasta dicen que el morro de los cohetes, su parte más dura, está hecho de odio y níquel. Va a ser cierto porque de mala leche están llenas las páginas de los libros sagrados.
De los buenos se cuenta menos, ocupan un discreto espacio tipográfico.

Quince años después de roto aquel matrimonio, del que no tenemos mayores noticias (tampoco son relevantes para el caso), el odio les ha vuelto a unir. ¡Qué bonita experiencia! Es como si él le preguntara mentalmente, cada noche de sus vidas en las que han permanecido en camas separadas: ¿te acuerdas de mi, vida mía? Y ella le respondiera entre dientes: ?tu cara no se me olvida, cabronazo?.
Lo demás tiene su apaño, hasta los marcos de plata con la foto de la boda tienen una segunda utilidad. En cambio, el odio, cuidado con él porque es más fuerte que un huracán, cabe en un bolsillo y no deja marca.

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Manual de veraneo

agosto 6th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Hasta que se pone el sol en Doñana pasa mucho día, por lo tanto a Zapatero le da tiempo a sentirse como Felipe II mientras piensa en la extensión mundial de sus ideas y la anexión pacífica con Portugal que vaticina Saramago. Rajoy dice que su hijo le gana con la videoconsola, así que Zapatero tiene que buscarse otra actividad menos previsible. Si el jefe de la oposición disfruta escogorciando marcianitos, el presidente está obligado a ofrecer un aspecto más intelectual.
No extrañaría que Zapatero leyera con entusiasmo el libro de moda en el Reino Unido, traducido aquí como El libro peligroso de los chicos, un manual para la supervivencia veraniega con ideas de toda la vida y sin necesidad de buscar pilas triple A. En el libro de Hal Iggulden se dan consejos para ser feliz un verano: cómo construir una casa en un árbol, cómo hacer un arco y unas flechas. Pero lo que más le debería interesar al presidente son las instrucciones para fabricar una catapulta partiendo de unos elementales planos. Con un buen madero y una cuerda tensa uno puede colarse allá dónde quiera sin necesidad de llamar a la puerta. La catapulta también elimina a esos incómodos compañeros de partido a los que les da por pensar y pactar, por su cuenta. Se le manda a Blanco que corte la cuerda, uno mira para otro lado (por ejemplo a Parla), y allá que se va a hacer puñetas el acuerdo de gobernabilidad en Navarra. Una buena catapulta en política hace más que una guillotina en una revolución porque te apaña los malos resultados y desplaza los problemas cientos de metros. De ahí la importancia del bricolaje de la gobernabilidad que se incluye bajo el noble aspecto de un manual para adolescentes inquietos. Zapatero nunca ha abandonado esa condición de zangolotino alumno de unos reverendos padres de León.

Además, aquel que no se desespere al hacer los cinco nudos básicos de los marineros, o el que no aprenda a construir una brújula con un imán, vaya porquería de vacaciones que ha pasado. Así que Zapatero junto a Sonsoles y las niñas tiene la oportunidad de vivir un verano tradicional, español, creativo y memorable. ¡Menudas tardes hemos pasado con un tirachinas de aquellos que te saltaba la goma en el ojo! Desde que se inventaron los videojuegos, las lagartijas caminan más tranquilas.

Luego dirá que ha leído novela histórica alemana del XIX, pero desde el sábado que fue su cumpleaños, todo es alborozo y alegría experimental entorno a este libro. Se siente el Leonardo de las marismas. Y todo con estas manitas y con mis abalorios.

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El pack Gallardón

agosto 3rd, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo que tiene hacer de padre es una actividad muy completa en la que se ponen en marcha todos los músculos del cuerpo y, también, algunos de las entendederas. El método Pilates lo debió inventar un padre en fin de semana al que no le quedaban más castañas pilongas. Se trata de un oficio creador y agotador, retante y reptante, curioso y furioso. De ahí que los padres y madres se inventen todo tipo de juegos para que sus niños se oreen y no den la paliza con interminables preguntas, (porque los hijos son del género intenso. Se dice que Dios inventó el mundo cuando no podía soportar más en casa y se fue a la calle a trabajar).

Estamos en tiempos de cubito y pala, de agacharse en la arena de la playa y colaborar en la creación de un castillo con almenas, foso y empalizada. Los niños se hoy no se conforman, ni de coña, con un castillo cutre. No les gustan las ruinas románticas en arena sino el lujo del hiperrealismo. Los niños quieren ser Antonio López, ya pasó la generación de los picasianos.

Ahí es dónde aparece la figura paterna/materna que es fundamental. Me refiero a cuando el niño reclama ayuda técnica, (ya de pequeño entienden que la familia es una cuestión de reparto del trabajo y que como no te autoproclames capataz? te dejan de obrero para toda la vida). En la arena de las costas españolas he visto al batallón de progenitores dejándose el espaldar en la batalla, algunos con problemas cervicales y todos con quemaduras en la espalda de tanto hacer el escarabajo pelotero.

Para aliviar tensiones se ha creado un juego con muy buenos resultados, se trata del pack Gallardón: pico, pala, unos planos y a construir la M-30. Cuántos más túneles, mejor. Cuánto más se excave mayores diversiones. Y así hasta tener la costa hecha un queso. Por ejemplo, un niño en Ibiza puede jugar a la unión de esa isla con la de Mallorca.
Tienen que ser obras magnas de las que no se las lleve el mar como las lágrimas de Peret que cayeron en la arena. Cuántos más by pass, salidas de humo y señales, mejor.

El pack Gallardón de playa se vende con unos ecologistas que reclaman con sus pancartas y con una carta de Tita Thyssen preocupada por los árboles que se vayan a talar.
Es un juego muy entretenido y dura todas las vacaciones. De venta en su tienda de los horrores habitual.

Nota.- El informe de Bruselas con la declaración de impacto medioambiental y las pilas para que haga ruido la tuneladora, no se incluyen.

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Aeropuerto 2007

agosto 2nd, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Algo tiene una cola de embarque de un gran aeropuerto, quizá un punto orwelliano, que nos hipnotiza y nos vuelve zoombis en romería. En ningún otro lugar de la tierra te someten a tantas humillaciones juntas y las soportamos con la entrega del cordero educado.
La última moda de la T-4 de Barajas es pasar los zapatos por las máquinas de rayos X, de tal forma que el estado de las suelas podría ser tan determinante en tu contra, como unos juanetes sospechosos que hicieran pensar que has estado en las montañas de Tora Bora entrenado por el mulá Omar.

Ya no basta con desprenderte de reloj, móvil, chaqueta y cinturón; ya no es suficiente que te aplasten los reporteros que persiguen a Ana Obregón con el novio acorazado que gasta (a estos dos les debe pagar AENA por animar las esperas); en breve pondrán análisis de sangre y orina obligatorios. Nos darán una bata de hospital para movernos como espermatozoides a la espera de encontrar la salida al placer por la puerta de embarque. Y una voz cenital pronunciará nuestro nombre para vergüenza del colectivo. Estamos a un paso del aquí huele a talibán y yo no he sido.

«Es la seguridad, idiota», dirían los defensores de las nuevas técnicas de castración en masa. ¿No les bastaría con un certificado de palabrita del Niño Jesús? Con ese argumento en mi generación se justificaron las faltas de asistencia a clase.

En la Universidad de Texas han elaborado un documento con 237 razones para mantener relaciones sexuales, como si el sexo fuera algo cartesiano; olvidan la poesía de la siesta o la sinceridad del método aquí te pillo, pues aquí va a ser. Si hicieran ese estudio aplicado a la seguridad en los aeropuertos, pocas me parecen 237 razones para no volar. Como decía Javier Krahe en una canción memorable: «Es mísero, sórdido y aun diría tétrico, someterlo todo al sistema métrico».

Además, como se pongan a investigar, seguro que nos encuentran algún motivo para llevarnos a Guantánamo D¿Or, ciudad de las humillaciones. En la mirada de escarcha de un guardia de seguridad capté que se había dado cuenta de que por mi culpa dejaron de comer los gusanos de seda. Eso ocurrió hace muchos años, pero aquel inquisidor lo sabía. Me dejó pasar porque dos puestos más atrás había un alto funcionario del Estado que se hacía pis en la cama. Iba a Mallorca, una sala de desintoxicación emocional junto a otros desgraciados que pensaron que nadie les iba a ver nunca.

Hay muchos que se creen inocentes porque tienen las uñas bien cortadas y limpias; eso era antes. Ya no vale.

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