El cambio climático sí importa

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No sabemos en qué vitola de puro habano estaría pensando Mariano Rajoy cuando sacó a relucir a un primo de Sevilla y se fue hacia el centro del charco. Equivocar el medioambiente con la meteorología es una imprudencia y hasta una falta de tacto con la causa verde, generalmente bandera de los votantes más jóvenes. Pero una vez metida la pata hasta el glaciar, aparece la presidenta de la Comunidad y dice que lo de Rajoy, ¡perfecto!, y envido dos más. A veces conviene disimular el entusiasmo y admitir que el jefe se ha sobrado, y aquí paz y después unos amigos. Eso sería compatible con una crítica al ?paspán? de Al Gore que no hace más que engordar, echar tripa y forrarse con unas conferencias en la que hace de pájaro de mal agüero. Su documental ha dejado de llamarse ?una verdad incómoda?, a ?una verdad rentable?. Un crack que es el tío. Búfalo Bill hizo lo mismo y actuó en Roma, incluso pasó por Barcelona donde se le murió un jefe indio cuya tumba anda por ahí y nadie reivindica porque la memoria histórica no alcanza a los tiempos del general Custer. Dentro de trescientos años no estaremos aquí para que Rajoy nos tire la ceniza del puro a los pantalones, por lo tanto el futurible se estira en el infinito y hasta más allá, como decía un anuncio de un juguete. Pero, a partir de ahora, cada vez que llueva en exceso o que tengamos sequía, el personal se va a acordar de las palabras de Rajoy y de Aguirre, (porque quién acompaña a otro a pasear por los charcos también se moja los tobillos). Por suerte para ellos ha aparecido Aznar en forma de paraguas con un libro que es el manual de instrucciones del español modélico. Libro que es de obligada lectura para todos aquellos que sueñen con un país ?como Dios manda?. El libro de Aznar parece otra idea de la fábrica de pensamientos de Pepiño Blanco, si la semana pasada fue un video faltón, ésta agitan al fantasma de la derecha rancia. Lo del cambio climático no lo veremos pero lo del calentón político lo tenemos al alcance de la mano. Mariano ha metido a su primo, (hasta el momento científico de trabajo callado), en el ojo del huracán. Más le vale a ese hombre que este invierno nieve y el lobo aúlle.

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