Gallardouille de la Ville

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Feo está señalar pero dicen que en el nuevo despacho del alcalde de Madrid, (a tal mega alcalde tal mega despacho), han aparecido unas ratas como conejos, y quizá más: unas ratas para correr en el hipódromo de Lasarte y quedar en buena posición.

Seguro que a nuestra inteligencia escapa que alguien pueda construir un despacho zen, futurista, sin limpiar del todo a las antiguas ratas franquistas del edificio. Aquí hay algo que no concuerda, algo que desafina y eso que el alcalde es melómano, (también algo megalómano), y simpático lo justo. No sabemos si serán las obras del nuevo Ayuntamiento o el efecto ?palacio? que tiene todo edificio histórico, pero al alcalde se le ha puesto la nariz estirada y el gesto de la madrastra de Cenicienta. Algo le habrá hecho la humanidad porque él se siente muy molesto, (salvo con los reporteros de ?Caiga Quién Caiga? que parecen de la familia).

Entre el aire afrancesado que se gasta el A.R.G. y la película de Disney, podemos pensar que en el nuevo Ayuntamiento de Madrid manda ?Gallardouille de la Ville?. Un señor que cuando abre la ventana de su despacho no sabemos si lo hace para mirar a la lontananza o para regañar a los ciudadanos porque hacen mucho ruido. ?¡Se me callen, coño!?.
La imagen del nuevo Ayuntamiento nos lleva a la ?Marie? de París, casualmente delante de ella se colocaron las guillotinas durante la Revolución. Es un pensamiento simple de asociación de ideas, igual que rata lleva a Rato y eso le pone de los nervios a Gallardouille.

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