Silencio por Álvaro

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Un ramo de flores blancas con crespón anuncian que ha muerto alguien joven; en la acera de Rosales las flores sonaban en su envoltorio de celofán, la noche del viernes empezaba de luto, y una multitud se concentraba ante un improvisado altar presidido por la foto de Álvaro Ussía. La imagen rodeada de velas rojas, (?cera? en la acera), multitud callada en cinco minutos de estricto silencio. No hacía mucho frío pero el aliento helaba. Canción triste en Rosales Street por un crimen que nunca debió llegar a ser. Después del silencio un amigo de Álvaro leyó una carta sobre la que caían cinco lágrimas por línea, como si intuyera que esta vez iba a llegar al punto final definitivo. Lloraba también, Marimar, madre de Sandra Palo porque un crimen se parece a otro, y así hasta una montaña de cabezas que eran compañeros de colegio mezclados con ciudadanos anónimos. Les unía un dolor cierto y una tristeza a deshora.
Mucho antes de comenzar la concentración de manera ?oficial?, a las siete y media, miles de personas achicaban los espacios entre baldosas y jardines, así hasta cortar la calle. Al fondo un cura rezaba el rosario, su imagen descubierta a intervalos por la luz potente de los focos de las cámaras de televisión. Luego vuelta a la oscuridad entre los árboles de noviembre.
Las pancartas escritas con letra juvenil, cogidas a un palo con celofán improvisado que tiraba a parche si las mirabas por detrás. Lucía, una amiga de la novia de Álvaro, fue recriminada por una persona de la organización porque en su pancarta se leía: ?Ayuntamiento responsable?, (le dijeron que no era un acto reivindicativo), pero la chica no se marchó, no agachó ni la cabeza, ni la pancarta, ni se arrugó.
Esperanza Aguirre le dio un beso largo a la madre de Álvaro. Por parte del Ayuntamiento sólo acudió el concejal del distrito, Álvaro Ballarín. ?El alcalde que está en Estambul me pidió, de manera expresa que viniera a este acto?, repetía Ballarín. No era noche de pedir cuentas sino de estar, ver y guardar silencio.

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