Amigos íntimos

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Lo recomendable cuando uno es escritor es asegurarse, (antes de tener éxito), de que sobrevivirá a todos sus amigos y conocidos. En otro caso te puede pasar lo que le ha ocurrido a Steve Larsson al que un íntimo le ha escrito un libro a traición, por la espalda, por detrás de la lápida. Larsson murió hace seis años pero eso no es impide que le puedan hacer un “homenaje” a posteriori, sin duda que motivado por ese deseo de venganza que tienen algunos con los que triunfan.
La envidia es un sentimiento que se maneja en cualquier lengua, también en sueco. Así que el amigo se ha dedicado a ponerle a escurrir con la sana intención de descargar su memoria y de ganar unos milloncejos a costa del difunto. La parte positiva para él es que el muerto no podrá siquiera argumentar una coartada porque no tiene capacidad de escribir un alegato. El amigo se apropia del derecho de la última palabra y la última puñalada, y todo por el diez por ciento de los derechos de autor. Una venganza de tal calibre al menos merecería ser recompensada con el cincuenta por ciento de los derechos de autor, Judas cobró mucho más.
Sería de culebrón que apareciera en casa del editor un libro de Larsson poniendo a escurrir a sus amigos, entre ellos al del crimen literario. Sólo por ese soponcio merecería la pena. Vaya panda de cabrones que son los amigos, merecen que se les aparezcan los fantasmas de madrugada cuando sueñan con la fama y el oro.

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