Ministros de Xián

(“La Gaceta de Salamanca“, domingo 28 de abril 2013)

Dentro de unos años cuando hagan una excavación de arqueología política se encontrarán a los ministros de Rajoy alineados en fila india como modernos guerreros de Xián que van detrás del líder sin tener claro el rumbo ni cuando acabará la eternidad. Algunos, caso de Fátima Báñez, ya han empezado a mutar su carne en terracota para dar esa bella y terrible impresión de un ejército que se inmola junto al líder. El verdadero asalto a la credibilidad política no lo hacen cuatro encapuchados dándole patadas a una valla frente al Congreso, el daño viene desde dentro y las desastrosas previsiones económicas sirven de mecha.
Esa llamada a la resistencia numantina sin adelgazar la administración y los pilles varios de las comunidades autónomas, y ayuntamientos, no sirven para nada porque el objetivo inicial de generar confianza se ha ido a hacer puñetas. Hace tiempo que Rajoy prefirió ser su propia oposición y por eso comparece en tele de plasma o recibe a Mas o a Urkullu por la puerta de atrás del jardín de Moncloa. Rajoy confía poco en sus previsiones y como Groucho si no le gustan las que tengo las puedo cambiar por estas otras, lo que hace una semana era recuperación en 2014 hoy es un ya veremos en 2015. Entre acortar legislatura y pedir un esfuerzo sobrehumano con una tasa de desempleo pavorosa el presidente ha optado por la peor elección.
Sabemos por la arqueología el número exacto de guerreros que han aparecido en la excavación, lo que no sabemos es cuántos prefirieron salir de allí por piernas dejando la causa del emperador Qin Shihuang. A veces se cambia gustoso un presente sencillito, (pero cómodo), por una fe inquebrantable en que nos dirigimos al paraíso. Además, al gobierno se le ha acabado el crédito ilimitado para marcar el camino. Un presidente cojo y ausente que se hace acompañar de unos ministros mudos no son la mejor garantía para recorrer el desierto de la crisis. Esta dependencia excesiva de los designios de Alemania no se quita con una semana de metadona.
Los esfuerzos gramaticales de Luís de Guindos y de Montoro para enmascarar los malos resultados económicos son dignos de mejor causa porque con menos argumentos ha habido novelas que han ganado premios, por supuesto me refiero a novelas de terror porque con esos neologismos escribes un libro para niños y se parten de risa, (los niños ríen cuando se tropieza el ogro porque saben que una situación dramática no se puede prolongar en el tiempo sin caer en la comedia). Esto lo decía Billy Wilder con respecto a las películas de terror que acababan en carcajadas por agotar el número de escenas pavorosas. Fátima Báñez no sirve para secundaria de “Primer Plana”, no tiene vis cómica, es terracota pura.

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