Una de reinas de la ‘cultura del error’

Por: ANGEL ANTONIO HERRERA

Corazón de Madrid / Palco apache. El periodista Rafael Martínez Simancas acaba de publicar el libro ‘Estoy en el candelabro’ / Sus páginas son un muestrario de la joyería verbal de algunos ilustres / El autor los ajusticia desde el humor, quizá el único modo de tomarse en serio estas cosas

El periodista Rafael Martínez Simancas acaba de publicar Estoy en el candelabro, que es un rico muestrario de la joyería verbal de algunos ilustres o algunas ilustres o «un museo de los errores», según acuñación del propio autor. Quien tiene boca se equivoca, apunta el refrán, y Martínez Simancas ha pillado algunas boquitas, pintadas o no pintadas, justo cuando se equivocaban gloriosamente, cumpliendo así aquello de que «toda errata es un hallazgo», que pronosticara André Breton a otros efectos.
Aquí están Norma Duval diciendo «Estoy que no salgo de mi apoteosis» o Vania Millán diciendo «En la soltería es cuando mejor se está una». Y también aparecen Carmen Sevilla, bajo la aportación inolvidable «Soy mayor, pero no tanto como para ser del Parque Jurídico», o bien Mar Flores, esa intelectual orgánica, que dejó para los siglos el delicioso traspiés sintáctico «Mi hijo viene con un brazo debajo del pan».

Saco rápido algunos ejemplos, pero hay más. Muchos más. Uno viene ejerciendo largamente el oficio de recolector de las perlas orales de las reinas poco cultivadas del colorín, y celebro que Martínez Simancas se me haya adelantado reuniéndolas en un libro, porque él es un periodista entero que entresurca sus textos con fina vocación literaria, entre la ironía y la orfebrería.

Cualquier otro habría hecho un mero diccionario de neologismos por error, y quizá le hubiera quedado aseado, pero él ha cumplido un libro que se atreve con el comentario nada venial sobre las frases escogidas y también con el vacile ilustrado sobre sus autores, que no saben sino por él que se equivocan cuando aciertan.

No estamos, pues, ante un catálogo de disparates sin más, sino ante una reflexión cabal y bien escrita de lo mal que escriben otros, si es que alguna vez escribieran, que ya lo dudo. Estas páginas están entre el apunte irónico y malvado sobre lo que dijeron otros y el comentario de texto sobre un patinazo lingüístico de aquellos a los que les sale un pensamiento justamente cuando no piensan.

Martínez Simancas los ajusticia desde el humor, que es quizá el único modo de tomarse estas cosas en serio. Aquí están las Misses que dan «clases de adicción» y las ministras que no conocen a «Sara Mago». Yo voy cada tarde a las fiestas de la city a ver escotes, claro, que es el momento, pero también a cazar en el aire alguna mariposa de desliz verbal de nuestras guapas o guapos, que en cuanto se descuidan aportan un nuevo vocablo al castellano.

Algunas, y algunos, parece incluso que hablan un idioma extranjero.Martínez Simancas los ha antologado a su manera en un libro que alterna el malabarismo humorístico con el latigazo crítico. No sé si se lo comprarán los damnificados, pero debieran. Otras cosa es que se lo enseñen a las visitas. De eso ya nos ocuparemos otros.

El mundo, a vista de Paloma

Sube. Paloma Gómez Borrero acaba de publicar A vista de paloma.Se trata de un libro que alterna la autobiografía con el reportaje, y el dato con la anécdota, y la memoria con el pronóstico. Se trata, en fin, de un puñado de muy nutridas páginas donde Gómez Borrero da un testimonio sentido y sincero de su vida personal y de su vida profesional, más un álbum de fotos. No son unas memorias al uso, entre otras cosas porque las memorias de Paloma no caben en un solo libro, ni tampoco una puesta al día de sus crónicas recientes o remotas, sino una confesión viva y rica de quien va saldando sus días en la aventura de contar y de contarse.

Los Iglesias, familia de verano

Se mantienen. Los Iglesias toman el verano. El doctor ha presentado su biografía Voluntad de hierro, aquí en Madrid, Miranda juega al golf, en el sur, con sus retoños, y Chabeli aterriza en el foro para ejercer de madrina o musa de una marca de cuchillas de afeitar. No es que a la chica, tan mona, le haga falta un depilado, sino que el bisnes es el bisnes. Por el otro costado familiar, Enrique desmiente que haya boda inminente con Anna Kournikova, e Isabel Preysler ejerce de portavoz de los avatares del clan, que si no tienen una boda, tienen un bautizo, y, si no, unas comuniones. Ya sólo falta que caiga por aquí Ronna y nos presente al bebé, que será en breve.

Paulina, latina y críptica

Baja. Por más que me esfuerzo, no les pillo el mensaje. Por más que me pongo, no acabo de entender qué dicen. Me refiero a algunas de nuestras famosas o famosillas. O hablan un idioma que desconozco, cosa que no descarto, o yo me he quedado en la sintaxis de Quevedo, y así no hay manera. Voy al caso. Llega Paulina Rubio, y suelta: «Mi disco es un homenaje a la cultura latina». Hasta ahí bien, vale. Pero va y remata: «Cantan varios de mis perros. Tiene un mensaje muy simple». Naturalmente, me quedo de piedra pómez.Si ustedes se enteran, por favor, envíenme folleto explicativo al respecto. Prometo hacerlo público a toda urgencia.

EL MUNDO
MADRID, 23 de junio de 2004

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