Animales de compañía

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Leo en MADRIDIARIO un reportaje muy interesante acerca de las plagas de verano: cucarachas, arañas, hormigas, ratas y ratones. Vamos que no nos falta de nada. Sólo han olvidado incluir la presencia de parientes a última hora y gorrones sin clasificar.

Los pequeños animales de compañía son tan inevitables como ciertos y molestos. Se cuenta que un poeta loco que vivía en una vieja pensión de la calle Huertas (ahora reconvertida en piso de compañía de seguros), consiguió amaestrar a una cucaracha para solaz y divertimento de las visitas. No es lo habitual, lo suyo es que le gente huya de los insectos como el que evita el pago de una deuda. Para eso existen matadores de pulgas profesionales, toreros del DDT que con un bote y mucha paciencia consiguen acabar con la plaga. Realmente no la extinguen (sería el final de su negocio), sino que se la pasan al vecino de al lado, así que cada año los insectos vienen y van. Bécquer lo decía más romántico poniendo a las golondrinas como ejemplo, pero en realidad no hay nada más familiar que una cucaracha.

Serán los insectos los que devoren nuestras carnes cuando pasen los años. A ellos nos debemos en cuerpo y alma.

Además, ¿se puede considerar a Alberto de Mónaco como un insecto, o lo suyo es sólo prosa descriptiva?, por lo tanto estaría libre de ser fumigado.

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