Intereconomía Televisión presenta su programación

septiembre 11th, 2006 - Rafa en la prensa - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Intereconomía Televisión, el canal de información económica que emite en el dial 73 de Digital+, en mundoplus.tv era mundoplus.tv res de cable, Imagenio y en el canal 39 de la TDT de Madrid, se renueva técnicamente para ofrecer mundoplus.tv a mayor calidad de imagen. Tras el esfuerzo realiza mundoplus.tv , la nueva temporada supone la consolidación de la nueva fórmula de conteni mundoplus.tv s establecida. Además, se ampliarán las sinergias entre Radio Intereconomía e Intereconomía TV para reforzar los conteni mundoplus.tv s Intereconomía Televisión pertenece al grupo desde mayo de 2005 cua mundoplus.tv o el canal Expansión TV fue ve mundoplus.tv i mundoplus.tv .

Compartir:


Cuerpo a tierra

septiembre 10th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Los cohetes no tienen doma, salen como les da la gana y no entienden de protocolos. Por eso el chupinazo decidió quedarse en la barandilla del balcón, la crónica oficial habla de un “susto”, pero los “supervivientes” relatan que el balcón se movió y que a muchos se les mudó la color pasando a un gris pólvora que pone los pelos tiesos. “Susto” es el eufemismo del miedo pelotero cuando el peligro ha pasado, también fue un “susto” lo del Titanic por decirlo de manera elegante.
Las fiestas son un momento muy adecuado para disfrutar y darse al ocio colectivo, pero teniendo en cuenta cómo nos las gastamos en España hay que aplicar factores correctores. Este verano el famoso cohetero de Estella perdió la vida por una carga en malas condiciones, y eso que tenía experiencia en el manejo de las mechas, pero todo cohete es un artefacto explosivo aunque los disimulen con pólvora de colores. Estoy por fundar una asociación de amigos de las fiestas seguras, dense una vuelta por Levante y tendrán suerte si no les revientan los tímpanos en una pelea de “moros y cristianos”. Además, si no te levanta el estrépito del suelo y tus orejas no estallan, parece que no ha habido felicidad completa.

Redactemos un libro blanco de las fiestas españolas donde el ciudadano esté libre de un bastonazo de la jefa de las majorettes. Añádanse también las sangrías en mal estado, las manzanas caramelizadas con gusano plastificado, las trompetas de gas y las atracciones peligrosas. Cuando la DGT termine de retirar los puntos al último que todavía le quede el carnet, debería adentrarse en el mundo de las montañas rusas. De manera incomprensible recelamos de un avión comercial pero, en cambio, dejamos que nuestros hijos suban a unas atracciones que potencialmente son un peligro. La abuela se pasa la noche rezando rosarios cuando el niño va de excursión en el autobús del colegio, pero le parece estupendo que caiga a plomo por unas vías por la que se desloma una vagoneta. Son las fiestas, dicen.

Demos por bueno el “susto” en el balcón municipal y la posterior risa nerviosa que se propagó entre los presentes, pero deberían aprender que el cohete también puede lanzarse desde otro punto. La proximidad de las personas al chupinazo no hace que las fiestas sean más entrañables, en todo caso se trata de celebrar, (no lamentar) un acto. La pólvora es la gran aportación de la milenaria cultura china a nuestras fiestas, al menos con un sentido civil se hace más alegre. Pero también la pólvora tiene su mala leche. El año que viene que griten por megafonía: “¡cuerpo a tierra, empieza la fiesta!”. Y al que le dé? se siente

Compartir:


La oportuna casualidad

septiembre 5th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A menudo las cañerías del cuerpo suenan y uno no las tiene en cuenta porque nos creemos de hierro fundido cuando somos barro ligero, pero de manera laboriosa las termitas de la enfermedad hacen su trabajo. Hoy atacan un órgano, mañana se reproducen en otra parte, al día siguiente se cuelan por la sangre. Pocas veces se tiene la fortuna de dar con el origen de la enfermedad y poder atajarla a tiempo; que ocurra dos veces en un mismo apellido es pura casualidad, el azar de la buenaventura, algo digno de congreso científico. Loyola de Palacio está ingresada en Houston para que los médicos le revisen algo que dio la cara de manera absurda, pero feliz para ella. Durante estas vacaciones salió con su pequeña embarcación, antes de regresar a puerto se agachó para izar el ancla y fue cuando notó un pinchazo no común en la espalda, por eso acudió al médico pensando que era un dolor cualquiera. Cada uno conoce mejor que nadie las claves de su organismo, otra cosa es que le demos importancia. De no haber lanzado la queja a tiempo las puñeteras termitas de la enfermedad, los bichos que trabajan contra el organismo que les da de comer, (además de cabritas desagradecidas), habrían minado las bisagras de su esqueleto para dejarlo en seria amenaza de ruina. Ya pueden las hermanas Palacio doblar el sueldo a sus respectivos ángeles de la guarda, e invitarlos a cenar, con baile, orquesta y fuegos artificiales hasta el amanecer. Ana salió de un susto parecido con férrea voluntad, era consciente de que le hacía falta tiempo para terminar de leer muchos libros, y es verdad que a ellos se ha dedicado entre avión y avión, (los toma como los demás el café caliente: a menudo y de forma pausada). Lejos de creer en los milagros, porque para eso hace falta ser inocente pastorcillo y toparse con la cueva adecuada, lo que sí es verdad es que hay gente con estrella oportuna. Por desgracia cuando la enfermedad da la cara es en cuanto te ha vencido, y entonces te mantea como a un pelele de feria, te lleva de lado a lado de la calle y se ríe de tus ambiciones. La enfermedad grave tiende a manifestarse cuando sus efectivos son muy numerosos y la batalla está perdida, es un toro bravo en un pasillo. Por lo tanto habría que investigar en el diálogo de las termitas de la salud para conocer sus intenciones. Si los aliados consiguieron desvelar el secreto de los códigos de los nazis, todavía es más interesante saber cómo funcionan los elementos que nos atacan. Los que conocen bien a Loyola de Palacio saben de su energía, ¡que sepan en aquel hospital que cuando Loyola ponga un pie en el suelo podrán gritar: «Somos Houston y tenemos un problema»! Ya nos explicará cómo fue capaz de distinguir que aquel crujido no era el del ancla.

Compartir:


Pepu, el madrileño de oro

septiembre 4th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

En Japón ha ejercido como el gran director de orquesta que le faltaba al equipo nacional de baloncesto, ha creado una máquina de triunfos y buen juego que es el equipo del “Ga-Sol naciente” y encima ha sabido anteponer su trabajo a su duelo. Horas antes de comenzar el partido contra Grecia a Pepu le comunicaban el fallecimiento de su padre, noticia que hurtó al vestuario para no descentrarlos del objetivo final.

Pepu Hernández lleva tanto baloncesto en su cabeza como Michael Jordan en sus botas. Su buen amigo, Alejandro González Varona (el que fuera durante años presidente de Estudiantes), dice que Pepu es basket en estado puro, y por extensión generoso. En España no tenemos cultura de baloncesto, (ni la vamos a tener, no se crean que haber ganado el Mundial es para cambiar la tendencia), cualquiera sabe que en los patios de colegio las canastas se ponen en los espacios que dejan las canchas de fútbol. Por eso se desconocen a tipos como Pepu, que es el hombre que ha reparado la moral que en Barcelona 92 nos hundió Angola, después de haber llevado a Epi como portador de la antorcha olímpica que iluminó nuestros Juegos.

Hay que destacar en su biografía la larga etapa en el Ramiro de Maeztu, donde se mama el deporte desde la concepción más humilde, allá dónde los niños botan el balón con una mano mientras comen el bocadillo de la merienda con la otra. Estudiantes ha sido desde siempre la insolencia del pobre que mira a los ojos al rico, y en ocasiones le amarga la fiesta. En Japón Pepu pudo contar con varios de los que formó en la etapa del Ramiro: Felipe Reyes, Carlos Jiménez, Sergio Rodríguez y como ayudante Rafa Vecina al que los médicos dijeron que nunca podría hacer deporte por una polio infantil que le afectó a una pierna, pero del que consiguió hacer una gacela saltarina. Hasta es posible que haya vuelto un poco “demente” a Pau Gasol.

Uno lamenta que no estén vivos Fernando Martín y Díaz Miguel porque el triunfo también es para ellos. Y para todos los que siguieron botando un balón mientras la lógica aconsejaba hacerse futbolistas porque pagaban mejor. Y también de los espectadores que, en muchas ocasiones, se agrupaban en el centro de un pabellón para no pasar frío y eludir las goteras.

No hubo nadie de la Familia Real, era previsible. Tampoco fue el presidente del Gobierno. A nuestro baloncesto le hacía falta una alegría como la medalla de oro, pero debemos saber que seguirá siendo un deporte clandestino.

Pepu es un tío extraordinario. Apuesto diez contra uno a que la semana que viene nadie le reconocerá en un vagón del metro. No importa, somos campeones. No importa que el fútbol sea el llamado deporte rey, nuestros campeones han llegado más lejos y más alto. No importa, mientras haya tipos como Pepu habrá niños que sueñen con que una voz les diga: “¡quítate el chándal, sales a la pista!”. Me alegra saber que no tenemos techo

Compartir:


Operación Biquini 2007

septiembre 3rd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

NI la subida de las hipotecas, ni el precio de los carburantes, ni la excarcelación de Vera (por el método de la patilla), ¡nada!, a mi amiga Isabel le preocupa la operación Biquini 2007. El tiempo que la ONU le va a dedicar al conflicto de El Líbano ella lo va a emplear en la urgente remodelación de sus carnes. ¡Y no le hace falta!, sin ser jurado de concurso de belleza digo que Isabel está “bien” tirando a gloria nacional, pero dice que embutida en el traje de baño se ha sentido prisionera. También le tiene un poco desplazada la ley del tabaco, va ella con las cerillas por los bares como si fuera una presunta pirómana de los bosques gallegos. Eso sin contar que se fue de vacaciones y cuando volvió le han quitado los galones a Plutón que pasa a categoría de piltrafilla espacial.
Es llegar septiembre y comenzar el año, (lo del 1 de enero es a efectos administrativos y para que nos suban el alquiler), en realidad todos los propósitos empiezan ahora, cuando al personal le da por aprender inglés, hacer gimnasia, cursos de cocina, o por la Operación Biquini 2007. Desconozco la capacidad negociadora de Kofi Annán, es más, creo que un hijo le salió trinconcillo con el petróleo de Irak, pero sí puedo afirmar que con las narices que le echa Isabel a sus cosas, el verano que viene será el cuerpo más perseguido de las piscinas españolas. Pero no crean que lo hace por causa banal, es que ella piensa que la cabeza no puede andar bien si camina apretada en carnes. Ideas profundas cuerpos ligeros sería el eslogan de esta peculiar campaña.

Es el momento para anotar lo que uno tiene intención de mejorar, para luego ponerlo en práctica, si es para dejarlo igual no hay que tomarse la molestia. No es un concurso, no hay premio (salvo el más íntimo de la satisfacción). La teoría de Isabel es: si Newton no llega a comprar manzanas nunca habríamos llegado a la teoría de la gravitación universal, de ahí lo importante que es acostumbrar a los niños a que tomen fruta.

Me van a perdonar la insolencia, pero la Operación Biquini 2007 es lo más serio que he encontrado en este arranque de curso que es primero de año, aunque el calendario diga otra cosa. Si nos limitamos a creer sólo en lo que la realidad sostiene, y no lo que el corazón nos dicta, estamos acabados como especie. El 1 de septiembre es el primer día del año, siempre según voluntad de Isabel y del club de amigos del bolero, los que pedían el reloj que no marcara las horas sin tener en cuenta que la tierra gira sin escrúpulos. Sin una disposición positiva todo es muy gris. La Operación Biquini 2007 está en marcha. A otros les da por coleccionar cromos de futbolistas.

Compartir:


Un tío de lo más normal

septiembre 2nd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Al desaparecido Díaz Miguel le gustaban la ropa y las gafas, a Pepu las camisas grandes que disimulen el físico de una persona que ha dedicado su vida al deporte, pero desde el lado intelectual.Con menos tácticas de las que circulan por su cabeza se han ganado importantes batallas, cosa que a él le solivianta poco, es de los de sonrisa cuando toca; en el trabajo como canallas y en el bar tan amigos.

Lo bueno de Pepu es que no se le conocen adversarios, que ya es mucho. Su aspecto es de lo más normal, pasaría por un turista más en las calles de Tokio, sólo a los muy cinéfilos les puede parecer que han visto un rostro semejante en las películas de Edward G. Robinson. Si llevara sombrero sería el ayudante de Robert de Niro en una cena de mafiosos. El final agónico de ayer nos deja la verdadera dimensión del entrenador español, se quitó de en medio para que los abrazos se los llevara Pau Gasol, (el héroe lacerado en el talón como Aquiles, el mito que lloraba desde el banquillo con más hielos en la pierna que en una despedida de solteros). En cambio, no me cabe ninguna duda de que habría salido a por sus jugadores si hubieran perdido, pero eligió el discreto camino del vestuario.

El buen deporte es épico, aquí la comedia no vale. España tenía menos tiempo del que te da un semáforo para cruzar en verde, y en esa brevedad había que meter dos tiros libres, (entró uno), y aguantar el empellón final. Hay que tener horchata en las venas y las uñas muy cortas para no desmayarse y pedir las sales, en ese momento catatónico la voz de tambor ronco que tiene Pepu sonaba a Plácido Domingo. El resto lo tenía que hacer la suerte, no vamos a pedir milagros pero alguna vez nos tenía que besar en la boca aunque tuviera regusto de wasabi. Un tiro acertado de Argentina nos hubiera enviado a las páginas de la historia de los segundones. ¡Amigo, para ganar en este deporte hay que aguantar entero hasta que acaban los disparos!

El mérito de Pepu es haber logrado en Japón que España sea el equipo del Ga-sol naciente; detrás de la estrella hay un grupo de jugadores que lo bordan. Gracias a esta selección se ha remontado la credibilidad que perdimos en Barcelona 92 ante Angola. El complemento habría sido una final contra Estados Unidos, más que nada para escuchar a Pepu hablar en inglés, que es otro espectáculo.Disfrutemos ahora del sueño, ya llegará el partido contra la rocosa Grecia. Lo que llama la atención (sobre todo a los futboleros que ignoran el baloncesto) es que España esté en la final. ¡No, hombre, no!, aquí lo importante es otra cosa: ¿de modo que España tiene jugadores que han superado a los de Estados Unidos y siguen compitiendo mientras ellos hacen la cola de embarque para volver? Jeje, ¿es cierto?, ¡venga Pepu, págate unas cañas en el kiosco a la salida del Ramiro! Y que venga Rafa Vecina, aquel pívot que decían era cojo y lo hiciste jugar como si fuera un bailarín de clásico. Como diría el poeta Bisbal: eto é in-creíble

Compartir:


Los Cien Mil

septiembre 2nd, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La vicepresidenta se hizo ayer un lío numérico, un traspié verbal, un lapsus calami que dicen los juristas. En lugar de enviar al Líbano 1.100 soldados, dijo que serían Cien Mil (se supone que a los Cien Mil Nietos de los Hijos de San Luis, un tanto deteriorados sus uniformes por el paso del tiempo).
De las Cruzadas a esta parte, cuando se habla de tropas en Tierra Santa uno no puede andarse con chiquitas. Se le fue el santo a la batalla.

De la Vega ha leído poco a Napoleón, además aquí se nos da mejor la guerrilla maqui antes que el despliegue faraónico de efectivos. Y digo más: si al difunto Millán Astray le dicen que hay cien mil legionarios dispuestos, se levanta de la tumba y aplaude con la mano que le faltaba.

Para encabezar a los Cien Mil Hijos del Error no tenemos a un duque de Angulema para situarlo al frente (Luis Antonio de Borbón se daba un parecido físico a Punset en los retratos, por lo tanto, debía ser un comisionado plasta al tiempo que un carca con bigudíes).

Las misiones de paz del Ejército español han tenido éxito porque estuvieron encabezadas por mandos rigurosos que no buscaron la fama sino el cumplimiento del deber.

No se azore la señora vicepresidenta porque no hará falta que enviemos al mogollón uniformado, por otra parte, nuestros efectivos no deben ser tan numerosos. Para alcanzar la cifra habría que llamar a filas hasta a los últimos de Filipinas, o en su defecto a los nietos de los héroes del Baler. Lo dicho: un desastre numérico que acompaña a una cuestionada medida política.

Esta curiosa manía de Zapatero de no levantarse al paso de la bandera norteamericana, pero sí de desplegar tropas, nos lleva a Felipe II: los socialistas han conseguido que en los destacamentos españoles no se ponga el sol. Igual como eslogan es pelotudo, pero como riesgo lo es aún mayor.

No hace falta acudir a las conclusiones del último Congreso de Matemáticas para darse cuenta de que para la paz no faltan cien mil, sino que sobra uno: Felipe en Teherán. Lo olvidadizos que resultan algunos con Vera y Barrionuevo, y lo dados que son al abrazo del oso.

Un día antes de que la vice calculara por alto, una presentadora de la CNN se coló en el discurso de Bush hablando mal de la cuñada. Hay días en los que el inconsciente chilla como un somier de motel, imposible callarlo.

Prefiero lo de la cuñada de la presentadora, no es cotilleo sino necesidad: ¿será tan bruja?, ¿y si la enviamos al Líbano? Seguro que nos salen cien mil cuñadas para desplegar en zonas de peligro, pero que sean tan metomentodo como la de la presentadora; quizá no solucionemos el conflicto, pero judíos y palestinos aprenderán a hacer unas croquetas magníficas. Igual el sentido de la vice iba por ahí.

Compartir:


El barco

septiembre 1st, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Una barca la tiene cualquiera, un yate algunos, pero barco sólo lo disfrutan los muy ricos tirando a fortunón. Paco ‘El Pocero’ tiene un barco inmenso porque con un barco se marca estatus, más si la tripulación te pregunta en inglés qué deseas tomar.Los barcos han definido la opulencia en España; Mario Conde tuvo un banco para tener un barco, cuando dijeron que le habían intervenido para quitarle el timón lo decían de manera acertada, el Banco de España lo mandó a pique. Vanidad es con uve de verano pero debería ser con be de barco. Hasta Felipe González en su día se contagió de franquismo para subirse al Azor y ahí la fastidió, porque si no quieres que te asocien con Franco no compartas su camarote donde las siestas son el roncar de la memoria histórica.Valentino tiene otro en el que se entra por la popa, (a posta), y donde Gwyneth Paltrow hace de mascarón policromado, a su lado un batallón de julais anodinos formados en la intelectualidad de los gimnasios de Grecia y Roma que no hablan lenguas muertas sino de las otras. Los Albertos suben y bajan continuamente de sus respectivos barcos para que se vea donde hay, porque en función de la desidia se aprecia quién tiene y cuánto manda. Alguien no entrenado, un pariente pobre que les visite, tropezaría y caería al agua del muelle donde se lo comerían unos tiburones con pedigrí, porque si uno tiene para barco también puede contratar el tipo de pez que le acompañe.
El barco-Pocero está hecho para fardar, como todos, ¡qué se creen!, no para salir al encuentro de los personajes de las novelas de Salgari. Un barco en condiciones tiene asegurado la mar tranquila, la incertidumbre se queda para los obreros de las olas. Si Madrid copiara a Venecia y los túneles de Gallardón se llenaran de agua, la M-30 sería un atasco de ego con las velas desplegadas con escudos de armas bordados. El barco-Pocero es un hotel de lujo hecho para recibir, lo que don Alvaro de Bazán se gastó en cañones, él se lo ha pulido en decoración y aparataje. Las páginas amarillas de la alta sociedad se redactan con los apellidos de los que toman el aperitivo en los pantalanes de la opulencia. A veces salen del puerto pero vuelven pronto porque se dan cuenta de que el salitre afea, de tal manera que es mejor instalar una cabina de rayos uva a bordo. El rico de verdad encuentra una satisfacción sublime en lo artificial, el moreno de máquina es de una elegancia exquisita, tuesta pero no cansa.

El barco-Pocero es un trasatlántico hecho para no zarpar nunca, dotado de los adelantos más sofisticados, no tanto para la navegación sino para cascar hígados por la envidia. Lo que el rico busca es un barco con varios pisos y helicóptero mini. Ahora que termina la temporada, Paco El Pocero y sus compañeros de muelle deberían montar unas jornadas de puertas abiertas como hace Marín en el Congreso. Es lógico el despliegue naval, para un constructor todo el mar es nostrum.

Compartir:


La gran ilusión

agosto 30th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La transición acabó el día en el que Pau Gasol descuadró a su pediatra saliéndose de los índices del percentil, ahí nació el español de nuevo cuño, su madre comprendió que el chiquillo llegaría muy alto. Ahora, Pau y el resto de la selección de baloncesto tocan por la mañana en Japón, en unas matinés que obligan a subir el volumen de las televisiones en los bares. Y lo hacen tan bien, tan divertido y de tan buen rollo que se han ganado el calificativo de la nueva orquesta nacional; comparado con los gallos que sueltan sus homónimos en el fútbol, nuestro basket es música celestial.A pesar de que ha sido un deporte clandestino que se jugaba en el espacio que sobraba al campo de fútbol en el patio del colegio.
Pero una orquesta no son más que instrumentos a su bola si no hay un director que los ponga de acuerdo. Pepu Hernández los entiende muy bien, ha sido capaz de transmitir alegría a lo que antes había sido un grupo de correctos administrativos. Se nota que juegan a placer y que llevan la insolencia del corsario: el objetivo es ganar y a ser posible mandando. Está feo comparar pero Luis Aragonés ya puede ir sacando conclusiones. Nuestro fútbol es tan penoso que dan ganas de pedir la disolución del equipo nacional, siempre hemos sido el equipo que hace felices a los demás, nos merecemos cambiar de deporte. En el fútbol nos tropezamos con la realidad que suele ser un equipo mejor enfrente; hasta ese momento somos la furia roja y la repanocha en tabla de surf. Nuestro gafe particular incluso le jodió la previsión a Nostradamus, que algo había dejado escrito en una cuarteta («una cuarteta son cuatro versos», dijo uno que habla por la tele).

La realidad del equipo español de baloncesto se llama Argentina y nos la vamos a encontrar en semifinales, la orquesta va a tener que tirar de viento y percusión porque se avecina tormenta, se acabaron los violines y las cuerdas. El premio es una final posiblemente contra Estados Unidos, ese equipo que parece siempre el mismo aunque les cambian el nombre en la camiseta para despistar. No juega Jordan pero hasta el utillero mete las canastas de espaldas y a capón.

Nos merecemos un sueño como el que nos llega de Japón, un equipo con aspiraciones, ¡encima sus jugadores hablan nuestro idioma!, no hace falta que nos traduzcan las palabras del campeón, gran novedad a la que no estábamos acostumbrados. Españoles altos que coordinan sus movimientos y disfrutan con su trabajo, inverosímil pero cierto. Si nos metemos en la final aparecerán los políticos con el «ya-decía-yo», pero no les crean, que enseñen el carnet de socio de algún equipo de baloncesto. A ellos les va más el palco futbolero. Los hay tan zoquetes que cuando Gasol falla un tiro dicen «¡uy, casi!», como si fuera un balón a corner; creen que una zona es un espacio para construir pisos y los pasos una manera de caminar. Esos son los que no han superado la Transición.

Compartir:


Comida basura

agosto 29th, 2006 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Tengo un amigo, de natural templado y formado en la escuela de la prudencia, que me contó un sucedido madrileño que dice mucho de la calidad en el servicio de algunos establecimientos alimenticios. No me deja dar más pistas, ni decir cómo se llama el restaurante, pero sí que sirven hamburguesas y que está en la calle López de Hoyos. Mi amigo hizo un pedido, por teléfono, el sábado por la noche nada más llegar a Madrid. Tras “des-esperar” una hora le trajeron dos hamburguesas pero les faltaban las oportunas salsas.

Con cierto ánimo cansino se puso en contacto con el local para obtener explicaciones y lo que obtuvo del encargado fue un “no voy a ir ahora con la salsa roquefort, ¡no te jode!”. Dice mi amigo que le extrañó, no tanto que no tuviera salsa roquefort (hay gente que puede pasar sin ella), sino que tuvieran tanta mala leche. Mi amigo, que insisto es hombre medido, quiso ir a la tienda a sacarle la salsa al encargado por el mismísimo boquete del ano, pero un postrer ataque de prudencia le dijo que no merecía la pena. Total, otro idiota más tampoco es para tanto. Idiotas contemporáneos hay para llenar anaqueles y hacer un puente entre Europa y América.

Lo más inaudito, a mi juicio, es que el empleado del local se negó a darle su nombre. Es decir: te atienden mal, te insultan, te cobran y tan felices. Eso me parece paradójico y no sé en qué ventanilla hay que reclamarlo. Me consta que él ya está por la labor y que ha tocado los timbres oportunos, ¡menudo es!

Yo me pongo en su piel y pienso qué hubiera dicho si el encargado de un restaurante me suelta un “¡no te jode!”. Creo que a mí me pasa eso? y lo publico. ¡Vaya que lo publico!

Compartir: