El extraño caso del metro

enero 24th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Cuando algo ocurre de manera casual y afecta de forma negativa, se puede considerar un accidente, pero cuando las cosas se desencadenan con frecuencia hay que concluir que algo/alguien está detrás. El metro de Madrid ha sido un ejemplo en funcionamiento y gestión, no hay nuevos factores que hagan dudar de la capacidad de sus líneas ni de su mantenimiento.
Sería canalla pensar que algo/alguien está detrás de las continuas averías del suburbano madrileño, porque eso sería tanto como dar cancha a una nueva teoría de la conspiración local. Asunto que abriría el campo a otras posibles manipulaciones, hoy el metro y mañana el abastecimiento de aguas del Canal, etc?

Teniendo en cuenta que el metro es el principal transporte de los trabajadores madrileños a todos nos interesa su correcta gestión. No es un metro del PP sino un transporte de todos, (hasta de los que no comulgan con la ideología que manda en Sol).

También se podría pensar que la presencia de las elecciones de mayo sirve como excusa para desestabilizar bajo tierra. O en otras palabras que haya alguien dispuesto a darle patadas al gobierno regional en nuestro culo; lamentable supuesto de malestar real.

Entre los orgullos que cuenta nuestra región está el excelente funcionamiento de los servicios asociados al 112, la labor de la Escuela Taurina (no suficientemente reconocida), y el metro que es envidia de otras capitales europeas.

Si funciona mal es malo para todos. Por eso es deseable pensar que no se van a producir nuevos ?accidentes?, porque llegado el caso de encontrar al responsable de esos sabotajes se le volverían las lanzas en su contra.

Pero igual es sólo eso, casualidad, puñetera casualidad.
Nada más, (por el momento)

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«Se muere en la plaza por suerte»

enero 24th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen. Madrid, 1971. Currículo. Fue a la Escuela de Tauromaquia de Madrid. La afición le viene por parte de su padre, Aurelio García (también matador de toros). Debutó como novillero con caballos el 19 de julio de 1987. El 12 de octubre de 1992 tomó la alternativa en Madrid de manos de Roberto Domínguez. Ha ganado el concurso de monólogos de El Club de Fló y va a abrir un restaurante en Madrid, «soy un manitas, las sillas del local las he hecho yo». Aficiones. «Jugar al golf y la cocina». Debilidades. «No puedo estar aburrido, necesito la actividad». Virtudes. «Buen comunicador, tío simpático y muy constante». Defectos. «Demasiado exigente consigo mismo, (eso es bueno), y me gusta el orden».
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Madrileño, del barrio de Usera, hijo de torero, con 14 años pisó Las Ventas como espectador y ahí tuvo clara su vocación. Decía Juan Belonte: «se torea como se es», y Oscar Higares añade con sorna: «soy un tío guapo, joven, español y torero… yo creo que el Ministerio de Exteriores debería organizar visitas para que vinieran a verme delegaciones extranjeras». Este año, además de monologuista ha colaborado en el libro Toreros en la cocina (El Tercer Nombre).

Pregunta.- ¿Se pasa a la cocina porque la ministra le deja sin toro?

Respuesta.- ¡Espero que no!, que haya sido un mal comentario, «una mala tarde la tiene cualquiera».

P.- ¿El toro debe morir en la plaza?

R.- La corrida tiene que ser íntegra, si cualquier animal decidiera lo que quiere ser probablemente todos decidieran ser toro.

P.- ¿El debate va a peor?

R.- A lo mejor tenemos la desgracia de que esto vaya a más.

P.- ¿Qué es el torero?

R.- El torero es un sentimiento, una emoción, una locura. Todo es pureza y verdad.

P.- Cuando torea, ¿no hay nada más?

R.- Cuando estás metido ahí no tienes ni padre, ni madre, nadie te echa una mano.

P.- ¿Al final no da pena matarlo?

R.- Cuando amas a un toro lo que quieres es matarlo bien, ver como rueda sin puntilla, escuchar el clamor, que sea todo auténtico.

P.- ¿Malos tiempos para la fiesta?

R.- No son buenos tiempos para la fiesta, igual todo es un complot: la lengua azul, algunas televisiones, las palabras de Narbona.

P.- ¿Y el público?

R.- El público se deja llevar, le falta un poquito de criterio.

P.- ¿En la Universidad de Boston dirían que está loco?

R.- Si los toros fuera un espectáculo norteamericano, ¿qué serían? Si allí un jugador de la NBA es un héroe. Lo nuestro es de verdad, aquí se muere en la plaza por suerte, (no por desgracia).

P.- ¿Qué sería de España sin toros?

R.- No sería. El toro es parte de nuestro ánimo, de nuestra forma de vivir y como en España no se vive en ningún lado, como «mi España nada».

P.- ¿Le harán ministro de Turismo?

R.- No me importaría nada (risas)…

P.- ¿Gasol es muy alto para entrar a matar?

R.- Cuando empecé parecía que por ser alto tenía que saber más que los demás, apenas había toreros altos. Ahora las nuevas generaciones son muy altas.

P.- ¿Lo pasó mal con su altura?

R.- Cuando hacía el paseíllo con Valderrama pensaba: ¡la madre que me parió, Domingo vete pallá!, encima toreando Miuras. La gente se apiadaba de él porque era bajito y yo tenía más miedo que él.

P.- ¿Cuántas cicatrices le acompañan?

R.- Diez.

P.- ¿Y en el alma?

R.- Miles, ésas casi nunca cicatrizan, se abren y no sabes por qué.

P.- ¿Le honra no ser un torero típico?

R.- También me ha traído quebraderos de cabeza. No ser políticamente correcto a veces se paga.

P.- ¿Un torero teatrero?

R.- He huido de la frase «zapatero a tus zapatos», ¿por qué no se puede ser torero, actor, cantante y experto en bricolaje?

P.- ¿En la tele ha estado cumbre?

R.- Siempre he sido muy actor, me encanta, hasta haría cine. A la tele me entregué en cuerpo y alma.

P.- ¿Su biografía está en marcha?

R.- Un amigo mío lo sabe todo, y le he dicho: «er día que yo farte lo puedes contá tó (risas)»…

P.- ¿Permanezcan atentos?

R.- ¡Nunca hay que perderle la cara al toro… ni a los niños pequeños! (lo digo ahora que soy padre).

P.- ¿Torearía con un Mp3?

R.- No porque estoy dentro de los cánones, lo más que he hecho es diseñarme mis trajes.

P.- ¿Tiene objetos taurinos en casa?

R.- Sólo una foto de mi padre y otra mía.

P.- ¿Para que sus hijas no sean torero?

R.- No me importaría. Ahora, ser torero es lo más difícil que hay en el mundo.

P.- ¿Son los gladiadores de hoy?

R.- Totalmente, bien vestidos, guapos pero al fin y al cabo somos gladiadores.

P.- ¿No hay torero feo?

R.- ¡Sí!, los hay feos tela… pero también han sido toreros muy buenos.

P.- ¿Qué le queda de Usera?

R.- Todo. Soy chico de barrio total: me queda la insolencia, llegar del cole coger el bocata y bajar a la calle a jugar.

P.- ¿Las Ventas es plaza complicada?

R.- Me lo ha dado todo y algunas tardes, Las Ventas me lo ha quitado todo, por capricho.

P.- ¿Y en la cocina matador también?

R.- Lo mío es el guerrilleo: las lentejas, ir a la compra y preguntar a cómo está eso, jefe.

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“Ser tan simpática es un poco coñazo”

enero 22nd, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Orígenes. Alcudia (Mallorca), 1968. Currículo. Licenciada en Arte Dramático y en Ciencias de la Información: «A mi madre no le hacía ilusión que estudiara teatro, ¡con lo lista que es la niña, que se haga titiritera! Por eso estudié también Periodismo». Ha participado en El club de la comedia, Aquí no hay quién viva, 7 Vidas, Hospital central… También en la película Princesas. Aficiones. «Nadar y perderme por la montaña para recuperar olores y sonidos». Debilidades. «Tengo hiperactividad mental. Me cuesta relajarme, es un martirio para los que están alrededor». Virtudes. «Soy positiva, trabajadora y tengo mucho humor». Defectos. «Pienso demasiado y como Sagitario meto la pata».
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Llum podría anunciar una caja de vitaminas para las horas bajas, tiene una inagotable vitalidad que provocaría agujetas en el hombre de goma. Cine, tele, teatro y lo que haga falta. Está en Madrid en el teatro Amaya, junto al actor Nacho Fresneda, para representar la obra Angel, una tragicomedia que nos ofrece una visión menos satírica de la que nos tiene acostumbrados.

Pregunta.- ¿Tiene usted «mucha cara»?

Respuesta.- Para las cosas de mi trabajo tengo bastante jeta, (si no tienes labia y jeta no sales en televisión). Pero también soy bastante gilipollas, soy incapaz de reclamar.

P.- ¿Quizá en un restaurante?

R.- Una vez me pusieron una botella de agua en mal estado (que ya es difícil) y hasta el segundo plato no la hice probar.

P.- ¿Se bebió la pócima?

R.- Pues casi, pensaba que era yo que tenía el aliento mal (Risas).

P.- ¿Es una chica «normal»?

R.- Mucho. Me sueño alta, rubia y con ojos azules… luego me despierto y soy de medidas españolas, con mis curvas y mis ojos marrones. Soy del montón.

P.- ¿Querría ser alemana?

R.- ¡No por Dios! Pero si soy rubia y alta igual me dan las campañas de promoción de Baleares que le dan a la Schiffer.

P.- ¿Habrá cursos para ser rubia?

R.- Lo que hay son tintes con los que pierdes menos el tiempo.

P.- ¿Tiene morro para haber sido político?

R.- Visto el patio, sí. A los políticos les falta mucho sentido del humor y también sentido común.

P.- ¿En su pueblo es alguien?

R.- Cuando empecé a salir en la tele a mi madre le preguntaban si me había blanqueado los dientes o me había puesto tetas, ¡no ven que soy así!

P.- ¿Discutiría con Zapatero?

R.- Le admiro porque es muy paciente con toda la que le está cayendo encima. Pelearse con él es muy difícil. Tomará algo para la úlcera…

P.- ¿Y charlando con Rajoy?

R.- Me gustaría estar con Rajoy y Zapatero juntos, pero con Zaplana no sé si me atrevería, no le he visto el sentido del humor. Rajoy es más humano, titubea, fuma puros…

P.- ¿Deberían pasar por el teatro?

R.- Sí, porque todos los políticos usan el mismo tonito (que es muy cargante). Les vendría bien unas clases del Club de la Comedia.

P.- ¿Cómo a Urdaci?

R.- Cuando le conocí le dije que le tenía por un sieso aburrido, pero de repente descubrí que era un cachondo (Risas).

P.- ¿Ya lo parecía en el telediario?

R.- Cuando Urdaci presentaba junto a Letizia podías pensar que luego se daba con el látigo o algo.

P.- ¿Curioso como acabó ese dúo?

R.- Pues sí: uno en el Club de la Comedia y otra en la Casa Real.

P.- ¿Los telediarios son su competencia?

R.- No, no me veo haciendo teatro con Urdaci (Risas).

P.- ¿Hay otra verdad que el teatro?

R.- Aquí notas a todas las personas, notas si hay mucho caramelo y si te quedas en bragas, se ve. En la tele puedes cortar.

P.- ¿Pero la tele le hizo rica y famosa?

R.- Me hizo famosa, lo de rica no sé, el interés de la hipoteca sigue subiendo.

P.- ¿Si no sales en la tele no existes?

R.- Eso es verdad, una gran cabronada. A los actores de teatro nos dicen que somos incapaces de hacer tele o cine, pero Javier Bardem es incapaz de hacer teatro y es el más grande.

P.- ¿Qué hace cuando no es famosa?

R.- No soy nada glamourosa, me pongo el chándal y voy con el carrito al híper, como todo el mundo. Y tal vez lleve una camiseta de embutidos López.

P.- ¿Le dan la brasa en el súper?

R.- Ser tan simpática es un poco coñazo, es verdad que te da cercanía con el público, pero cansa.

P.- ¿Tanto le acosan?

R.- Una vez tomando copas con mi chico apareció un tío para contar chistes y le dije: no sé contar chistes y no estoy trabajando.

P.- ¿El mitómano es un oficio?

R.- Entiendo lo que hizo Fernando Fernán Gómez con aquel señor que le pedía una firma. Hay gente que te agarra temblando como si fueras Chenoa.

P.- ¿Pero la fama le ayuda?

R.- Cobro un poco más por el coñazo de salir en la tele, pero no soy más importante. Seguro que cobra más Pedro J. ¡mire qué camisas lleva, todas de marca! (Risas).

P.- ¿Madrid le divierte?

R.- Madrid es el novio malo, el novio formal es el catalán (Barcelona) y yo soy más del cachondeo. Madrid me mata y Mallorca me cura.

P.- ¿Tenía razón Tim Robbins?

R.- Lo que dijo sobre Ruiz-Gallardón le salió del alma. Yo se lo hubiera dicho en privado al alcalde.

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‘Latins’, ‘Ñetas’, macarras y otras puñetas

enero 22nd, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Cuando una organización tiene capacidad de estrategia, maneja tácticas de ataque y emplea armas, (sean éstas de fuego o no), se convierte en una guerrilla. Y ahora que venga José García Archidona, responsable de seguridad de Alcorcón, a decir que «fue un hecho puntual» y que allí no tienen problemas con las bandas latinas o nacionales. Mientras el problema nos importe en función de su cercanía geográfica es que realmente no le hemos dado la importancia que tiene. La policía tiene censados a cerca de 800 individuos pertenecientes a bandas latinas, unos con pelo largo y otros con pelo corto, pero en definitiva descabezados todos, no les queda una idea sana en la cabeza. Latins y Ñetas son los más conocidos pero luego están las bandas autóctonas de nazis, rapados y amantes de las agresiones fuertes. El sábado por la noche liaron una buena con la participación de cincuenta personas en una trifulca parecida a las que se montaban en el pueblo de Astérix cuando querían romper el cerco de los romanos. Minimizar lo ocurrido es tanto como cederle la acera a los macarras y que las personas de bien se manchen los zapatos de barro. Lo que pasó el sábado es terrorífico y si no acabó peor es porque la casualidad se puso de parte de la buena suerte. No pudo decir lo mismo Wilson, un joven dominicano al que acuchillaron por error en una parada de autobús en Carabanchel, en septiembre de 2005. Wilson no tenía nada que ver con una pelea ocurrida el día anterior pero fueron a por él pensando que se parecía demasiado a uno de la banda contraria.
La semana pasada, coincidiendo con el mitin de presentación de los candidatos populares, se produjo la noticia de los tres chiquillos que robaron un coche de muchos caballos. Este fin de semana, y coincidiendo esta vez con la presentación de los candidatos socialistas, se ha producido otro estallido de la violencia pandillera. Curiosamente ni socialistas ni populares han tenido media palabra para referirse a este problema emergente. Ya en su día el consejero de Interior, Alfredo Prada, aprovechó una de estas peleas para pedir tres mil policías y guardias civiles más. Quizá la solución esté más del lado social, alguien les tiene que quitar las navajas a los pandilleros (es cierto), pero también alguien les tiene que aliviar los problemas de integración. Ñetas, Latins, Dominican y rapados, son los nuevos hijos del agobio, los chicos de los que nadie se ocupa, la carne de cañón.

En un caso parecido el anterior Defensor del Menor, Pedro Núñez Morgades, dijo algo muy coherente: «no busquemos culpables sino soluciones». Perfecto; por eso no se puede minimizar una batalla como la del sábado, ni podemos pensar que no ocurre nada mientras se maten entre ellos. Puede que sean carne de cañón, pero su sangre es tan parecida a la nuestra que estúpidos seríamos si pensáramos que las bandas no son cosa nostra.

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El invierno este año cae en jueves

enero 21st, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El pasado mes de agosto me compré una bufanda en la tienda de objetos de caza de una gasolinera de La Mancha, (sé que a mucha gente le puede resultar extraño que alguien se compre una bufanda? en agosto, pero aquí cada uno tenemos nuestras manías). Obvio es decir que la vendedora se quedó con mi cara porque en ese momento caían 42 grados a la sombra y aquel día vendieron pocas bufandas; este fin de semana me la he vuelto a encontrar, (esto de poner gasolina siempre en el mismo sitio une mucho a la gente). Y, llena de cachondeíto me ha preguntado: ?¿qué, ha estrenado la bufanda, amigo??. Es verdad, este año he gastado más en gasolinas que en bufandas y también que me gusta que me llamen amigo, lo de caballero queda de vendedor rancio de chaquetas de gran almacén.
Dicen que los animales del zoo andan como locos y que la culpa la tiene el cambio climático, en concreto Sara Montiel porque utiliza mucha laca.

Pero hete aquí que el hombre del tiempo, (por mucho que le llamen meteorólogo seguirá siendo hombre del tiempo), augura unas bajadas espectaculares para esta semana y que el hielo llegará a formar estalactitas en las narices de los que esperamos en la parada del autobús.
Así que la bufanda tiene sentido.

Este año el invierno será duro pero breve, dicen que cae en jueves. Eso es exactitud y rigor científico..
Las aves migratorias, los locos y yo también, estamos confundidos.
Saldremos a la calle a recibir el invierno como a un viejo amigo, no con la esperanza de hacer muñecos de nieve, sino con la ilusión de poder cogernos un catarro en condiciones y echarle la culpa al tiempo. Era un mes de enero tan solemne que se agradece poder echar la culpa al tiempo de algo.

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«No me gusta ser ‘friqui’»

enero 18th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO:

Origen: Palencia, 1944. Currículo: Empezó ingeniería pero lo dejó, «luego me metí en negocios originales: fui detective privado, tuve una empresa de transportes blindados, trabajé en congelados y me convertí en productor de películas, entre ellas Inquisición, con Paul Naschy». La primera vez que se dio cuenta de su elasticidad fue cuando movió unas vigas de construcción con 17 años. «En televisión he estado 117 veces». Aficiones: «El baile y la vida sana, soy vegetariano». Debilidades: «Soy coleccionista de colecciones, hago colección de bombillas». Virtudes: «Leal a mis amigos. Me gusta ser franco (algo también políticamente)». Defectos: «Soy pesado cuando quiero algo».
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No tiene el carné del hombre más forzudo de Madrid pero tampoco le hace falta. Su récord está en arrastrar un coche durante siete kilómetros y medio. «Y una noche, después de bailar seis horas en la discoteca me dije… ¿A que me apunto a la maratón de Madrid? Fui y la acabé». Puede coger una cuchara de café con mimo o levantar un contenedor de papel lleno. Siempre va en manga corta y en bicicleta, da igual que caigan chuzos de punta. Apenas duerme y nunca ha pisado un gimnasio, ¿para qué?

Pregunta.- ¿Es el hombre más fuerte de Madrid?

Respuesta.- ¡No!, qué va… quizá comparado con la gente de mi edad. Eso sí, la resistencia que tengo no la tiene un chico de 20 años.

P.- ¿Es una persona «normal»?

R.- No, desde luego. Digamos que me dedico a promocionar la salud.

P.- ¿Y algo friqui?

R.- No querría, alguien me ha colocado alguna vez el apodo pero no me gusta ser friqui.

P.- ¿Cuál es su récord?

R.- Levanté un coche por el eje mientras le cambiaban las ruedas durante un minuto, también he remolcado tres coches cincuenta metros en menos de un minuto.

P.- ¿Llegará a vivir 200 años?

R.- Incluyendo el IVA no lo sé (risas). Me han dicho que debería llegar a cumplir 120 sin problemas.

P.- ¿No le agobia ser longevo?

R.- ¡Uy!, con la cantidad de cosas que me quedan por hacer, ¡ni hablar!, necesito vivir más años.

P.- ¿Siempre en manga corta?

R.- No miro la temperatura, voy a otra cosa, no pierdo el tiempo. A veces me pongo un chisme de manga larga por no acomplejar (risas).

P.- ¿Qué le dicen por la calle?

R.- El año pasado, con un viento de doce bajo cero (el día más frío de los últimos años), me preguntó un taxista si no tenía frío y le dije que no sabía. «¡Como han quitado los termómetros!»…

P.- ¿El baile es su otra vida?

R.- Para mí el Joy Eslava es mi segunda casa, nunca he pagado.

P.- ¿Allí se le conoce?

R.- Mi sitio es el lugar donde la pista de baile está más gastada (risas). Aplico un sistema al que llamo «baile deportivo».

P.- ¿Sudará mucho?

R.- No, es lo curioso aunque puedo perder seis kilos bailando, pero evaporo por la respiración.

P.- ¿Le reclamará la NASA?

R.- Por el momento no, pero una universidad americana se ha interesado por mí.

P.- ¿Cuál es el secreto?

R.- Llevar una alimentación correcta: ni fumo, ni bebo. Lo más importante es tener una conciencia limpia, no hacer faenas a los demás.

P.- ¿No tiene enemigos?

R.- En absoluto, aunque a alguno le daría un capón bien dado por las que me han hecho.

P.- ¿Hay políticos con su resistencia?

R.- Creo que no. Aunque alguno podría con el contenedor porque está lleno de basura.

P.- ¿Es muy de derechas?

R.-… mucho, mucho no. Lo suficiente, lo que se tiene que ser.

P.- ¿Algo nostálgico?

R.- Nunca pensé que tuviera que serlo tanto. Me gusta el chiste de «antes vivíamos francamente bien y ahora realmente mal».

P.- ¿Tiene claro su voto?

R.- Siempre; una vez voté al centro pensando que era lo mejor, ¡y buena la hicimos!

P.- ¿Ha estado enfermo?

R.- No me resulta práctico ponerme malo, hace unos años me acatarré y era incomodísimo acordarte del termómetro y las medicinas.

P.- ¿Incansable en todo?

R.- Puedo bailar diez horas en una discoteca (y no sudo). También he estado diez días seguidos en las Fiestas de San Isidro.

P.- ¿Es un superhombre?

R.- No, por Dios. No tengo capa de Supermán, ¡con el calor que daría eso!

P.- ¿Y el Obélix del Retiro?

R.- Obélix pesaba más que yo, pero a Depardieu le ganaría seguro.

P.- ¿Nunca se ha enfadado?

R.- En principio evito las peleas, a veces en la discoteca me han empujado (y he tenido discusiones).

P.- ¿Hizo que pareciera un accidente?

R.- Sí, uno voló cuatro metros para luego caer al suelo. Era algo exasperante.

P.- ¿Tampoco discute en la calle?

R.- En alguna bronca de tráfico he acabado con la amistad del oponente. Procuro sacar el lado positivo de las cosas.

P.- ¿Es más fuerte porque está soltero?

R.- Pues sí, ¡qué se le va a hacer!

P.- ¿Su fuerza asusta?

R.- Muy al contrario en las discotecas se me echan encima. A mí con las mujeres lo que no me pasó a los 20 años me pasa a los 60.

P.- ¿El sexo es más que un músculo?

R.- Yo creo que es otra cosa distinta, ahí no hay proezas.

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«Soy una mujer del sur»

enero 17th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

RETRATO
Origen: Madrid, 1962. Currículo: Diplomada en Comercio Internacional, ha estudiado también filología inglesa y francesa, tiene un master en Operativa Financiera y Bancaria del Comercio Internacional y otro en Marketing Internacional. Trabajó en dos multinacionales hasta que decidió dedicarse a la política. En 2003 Rafael Simancas le pidió que estuviera en su lista. Aficiones: «Caminar por el campo y por el parque del Soto de Móstoles». Debilidades: «Trabajar con la Asociación de Mujeres Maltratadas». Virtudes: «Capacidad de trabajo, cercana a la gente (eso dicen mis vecinos)». Defectos: «Exigente con los que me rodean. Y no tolero la deslealtad».
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Paz Martín está dispuesta a plantear batalla en la alcaldía de Móstoles, el gran municipio del sur de la Comunidad actualmente gobernado por el popular Esteban Parro. Igual que Miguel Sebastián, tiene un perfil técnico económico que pudiera parecer frío, pero es consciente de que el voto se encuentra «paseando por la calle». Siendo muy joven participó en la elaboración de la última campaña de Tierno Galván al Ayuntamiento de Madrid. Vive en Móstoles desde hace once años, «soy una mujer del sur».

Pregunta.- ¿Preparada para lo que le espera?

Respuesta.- Esta es mi primera entrevista como candidata al Ayuntamiento de Móstoles. Incluso para hacer entrevistas hay una primera vez.

P.-¿Qué es más terrible: gobernar o responder entrevistas?

R.-Gobernar no será terrible, en todo caso será difícil (por la responsabilidad). ¡Y responder entrevistas no es tan terrible!

P.- ¿Cómo lo tiene la izquierda en mayo?

R.-Partimos en una situación de desventaja porque no gobernamos ni en Móstoles, ni en la Comunidad. Espero que los ciudadanos sepan comparar.

P.- ¿Y que analicen con lupa?

R.-Me gusta mucho la economía, me gustaría que los ciudadanos analizaran bien.

P.- ¿Tan economista como Sebastián?

R.- Los números apoyan tu argumento.

P.- ¿Dónde queda la poesía?

R.- La poesía en política es una parte muy importante. Soy lectora de Cernuda, del mismo libro y hasta es posible que del mismo poema.

P.- ¿Paseante en defensa propia?

R.- Me gusta restaurar muebles de contenedor (no de anticuario). Pongo el coche en posición furgoneta y me coloco unos guantes de látex.

P.- ¿Hay tesoros en la calle?

R.- Sin duda. En un contenedor me encontré un espejo del siglo XIX. Tuve que decaparlo hasta dar con la madera original.

P.- ¿También el voto está en la calle?

R.- Igual; para recuperar votos tenemos que recuperar la confianza y volver a ilusionar.

P.- ¿Es la política del «contenedor»?

R.- Yo no entiendo la política desde un despacho sino aplicada a la calle. Si haces política pensando en las personas las cosas son diferentes.

P.- ¿Tiene lema de campaña?

R.- No por el momento. Un eslogan sería: «no te vayas de Móstoles, quédate porque esto lo vamos a cambiar».

P.- ¿No es un poquito largo?

R.- Es que todavía no tenemos lema pero esa es la idea.

P.- ¿Se ve con fuerzas?

R.- Los socialistas no necesitamos grandes fórmulas mágicas, nos vale con el trabajo, la eficacia y la honestidad.

P.- ¿Ya estamos en campaña?

R.- Sí, desde el 1 de enero todo tiene repercusión. Lo que no me gusta son las descalificaciones.

P.- ¿Existe el desgaste físico del candidato?

R.- Trato de suplirlo con deporte. Más que ir al gimnasio (pago la mensualidad pero no voy), todos los días doy un largo paseo.

P.- ¿Móstoles, bastión popular?

R.-Dejará de serlo. El PP vuelca mucha propaganda y mucha foto. Mucho helicóptero pero poca inversión en el municipio.

P.- ¿Parro es un superviviente?

R.- ¡Afortunadamente!, aunque creo que es reprobable que utilizaran un medio público para un transporte privado. Menos mal que no tuvo consecuencias, pero «políticamente» no sobrevivirá a las próximas elecciones.

P.- ¿Era un «paseo privado»?

R.- No, fue una mezcla a mayor loa. Súbete aquí y te enseño.

P.- ¿Con usted habrá helicóptero?

R.- Con nosotros habrá una policía real, y no una de marketing, como es la Bescam.

P.- ¿Alguien del PP le llamó «pija»?

R.- Sí, me dijeron que me fuera de candidata a Beverly Hills porque pedí que la policía local bajara al Metro los fines de semana.

P.- ¿Eso cómo lo metaboliza?

R.- Me da pena. Quien ve a una mujer por el aspecto físico no cree en la igualdad.

P.- ¿Qué le lleva al borde de la lágrima?

R.- Las injusticias (lo que nos pasó en la Asamblea cuando Rafael Simancas iba a ser votado presidente).

P.- ¿Cómo lo superó?

R.-Tardé tres meses y superar un dolor de estómago que me diagnosticaron como un estrés agudo.

P.- ¿Por qué sucedió lo de Tamayo?

R.- Porque la gente tiene un precio, y siempre hay alguien dispuesto a pagarlo.

P.- ¿Sebastián lo tiene complicado?

R.- Los ciudadanos de Madrid están hartos de la caspa de la derecha.

P.- ¿Comparte el proceso de designación?

R.- Se podría haber hecho mejor, pero es el mejor candidato que puede tener Madrid.

P.- ¿Qué es un buen alcalde?

R.- El que escucha a sus ciudadanos y les mejora la vida en cosas pequeñas.

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Gobernantes de postín

enero 17th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Rajoy se puso la corbata en domingo para presentar a Esperanza Aguirre y a Ruiz-Gallardón como candidatos, (retóricas de la política, ¡cómo si alguien no los conociera!). Acto que fue esplendoroso en la puesta en escena y algo subido en watios, pero cuando se trata de arengar a la masa cualquier aplauso es poco.

Esperanza Aguirre vive esta segunda juventud que le ha dado el poder de forma esplendorosa, está tan joven que habrá que recomendarle una crema para el acné; se le nota en la forma de caminar y en la sonrisa puesta. La presidenta epató con un video de factura exquisita en el que se hacía referencia al trabajo de otras mujeres a lo largo de la historia. Aguirre tiene una ambición de poder marcada que no disimula, asunto que le honra porque la misión del político es creérselo para luego ganar en las urnas.

El alcalde de Madrid optó por un video con fondo de película de ?Rocky? al que acompañó de un discurso tan plúmbeo como interminable. Feo está señalar pero fueron cuarenta minutos a piñón fijo en los que se empleó con el uso de términos arcaicos y de frases subordinadas a las que hay que darles una segunda lectura para captar un primer sentido. De seguir por ese camino de la erudición imparable a Gallardón habrá que ponerle un traductor al lado tal y como se hace cuando ponen a la experta en lenguaje para sordomudos.

No tuvo Rajoy que hacer referencia al ?¡joder qué tropa!?, ni tampoco a nadie se le ocurrió hablar de la biografía autorizada.

Una pregunta: ¿quién era aquel señor entusiasta, de pelo rapado y traje marrón que no cesaba de gritar en una de las escaleras?, ¿Quién era ese friqui?, el que no paraba de decir ?¡viva Mariano Rajonil!?.

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La delincuencia tiene banquillo asegurado

enero 15th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Allí iban los tres, el mayor de 13 años y los otros de 10 y ocho respectivamente. Iban en un bugati caro, alemán, de esos del anuncio «¿te gusta conducir?», ¡pues claro!, respondieron los tres y guindaron el coche en algún barrio bueno. Los coches caros son una tentación para los chavales de zonas marginales, tanto como los bombones para los chicos de barrios acomodados. Circulaban por un camino de cabras cuando la Policía se coscó de la movida y puso luces; de noche, los coches patrulla parecen ovnis entre los poblados. Así que el mayor de la banda (la banda del moco reeditada), pronunció la mítica frase de la película Perros callejeros: «¡dale caña, Torete, que el coche es chorao!» y tira polvo por las ruedas. Así anduvieron un buen rato, dando saltos por la cañada, el cd saltaba como si Frank Sinatra tuviera hipo, una persecución como en la tele ¡cómo mola-tronco!

Pero no se sabe por qué los caminos de la delincuencia siempre topan con un coche patrulla de la Policía anclado en el lugar inoportuno, y allí que se dieron un chapazo. A los pequeños manguis no les pasó nada, (¡mucho peor es vivir en la barriada de La Jungla!); sin embargo, los agentes se percudieron las cervicales. En resumen, que se dieron una leche como Dios, pero sin mayores consecuencias, salvo las penales.

Ahora ellos se tienen que buscar un abogado, del turno de oficio seguramente, el dueño del coche un taller y los agentes del orden un buen collarín. Los tres delincuentes infantiles volverán al poblado con una buena historia que contar y sin duda que arrepentidos por las narices. La delincuencia se forja en este tipo de leyendas urbanas, seguro que a partir de ahora tienen cola de amiguetes dispuestos a emular a Fernando Alonso por los caminos de cabras. Cantaba Sabina, en La Mandrágora, una canción dedicada a un macarra infortunado cuya letra decía al final: «Antes de palmarla se te oyó gritar ‘¡qué demasiao!, de ésta me sacan en televisión’». Es cierto que nunca hay suerte para los que no la tienen y que si estás censado en el poblado de La Jungla lo normal es que caigas víctima de algún depredador de la selva: el hambre, la violencia, las malas compañías o la droga.

Estos tres ‘baby-macarrillas’ han tenido su minuto de gloria, si no llegan a darse con la madera hubieran llegado a Valencia, a fumarse un porro en la arena de la playa. A su edad otros niños juegan con la play, ellos no, prefieren que el efecto asfalto sea más realista. Por mucho que mole un programa de ordenador, no tiene punto de comparación con ser perseguido por una patrulla, en un carro caro a toda pastilla y por un camino de mala muerte.

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La paz estaba al fondo

enero 14th, 2007 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Un sociólogo especializado en concentraciones públicas tendría que explicar por qué los manifestantes de izquierdas bajaban hacia Colón por el lateral izquierdo de La Castellana. Y también por qué el punto oficial de reunión para autoridades se había establecido en la esquina de la calle Recoletos donde casualmente luce un cartel de la agencia de Viajes Ecuador, ya estamos con el sarcasmo gramatical.

A la hora convenida arrancó la cabecera integrada por Manuel Chaves, Jesús Caldera, José Blanco, (tapado inicialmente por la altura del cartel), Pedro Zerolo (cada vez más capitán Sparrow), Carmen Calvo, Rosa Regás, Miguel Sebastián, Rafael Simancas, Diego López Garrido, José Saramago, Almudena Grandes, Cándido Méndez y José María Fidalgo. Había una extraordinaria presencia sindical que se plasmaba en los petos blancos de CCOO y UGT. Se partía de la idea de «caminar sin gritos y luego a casa» pero toda manifestación tiene una parte importante de cántico dominguero y, a falta de buscar un estribillo, mientras arrancábamos o no, los presentes la tomaron con una periodista del canal autonómico: «¡Telemadrid, manipulación!». Pero si alguien hubiera dicho «¡Hola don Pepito!», en la otra acera se le hubiera respondido: «¡Hola, don José!»; hacía falta calentar el ambiente y en ese momento era de un sobrio que asustaba, apenas una voz referida a la ausencia del PP, ni gritos contra Rajoy, ni un «¡Zapatero guapetón!», un silencio respetuoso que a poco estuvo de convertir la cita en una estación de penitencia de una cofradía. Y no se trataba de eso. Bien es verdad que la palabra paz es un monosílabo de rima imposible; tuvo que ser un improvisado compañero sindical el que animara con el primer eslogan de la tarde: «Vota paz contra el terrorismo», (no es un gran verso pero por algo había que comenzar), era una consigna políticamente exquisita y que abarcaba todos los matices que se querían destacar. Un espectador gritó: «¡Presidente, presidente!”, y nos hizo sospechar que las cejas góticas más famosas de España se habían incorporado, pero no, probablemente sería por Caldera, al que confundió con Zapatero. No resulta extraño, porque en ese momento la organización había decidido establecer dos líneas de seguridad que nos alejaban de la información, de tal modo que a lo lejos, al fondo, quedaban las caras desdibujadas de la cabecera. Prometo que era una distancia incluso insuperable para una falta de Roberto Carlos; entre ellos y la prensa había un Bernabéu de asfalto, palabra. Si sería abismal la distancia que hasta a Fidalgo se le veía pequeño. A pesar de los intentos por acercarnos, la línea Maginot sindical no cedía ni un adoquín, la consigna era no parar hasta Cibeles y punto pelota. Así que en el despiste de la distancia alguien colocó a Pilar Manjón en el centro de manera intencionada, donde ya se había situado por sí misma Cayetana Guillén cuyo color de pelo podía parecer, (de lejos, claro), el de una militante popular; pero no. La ropa era oscura y el color de pelo predominante, el caoba.

Ya iniciada la marcha, un compañero lanzó un grupo de octavillas «por la paz, contra el terrorismo» que impactaron en la cabeza de algunos ciudadanos que aguardaban en la acera, así que alguien le explicó que era más eficaz darlas en mano que arrojarlas en bloque, no era necesaria aplicar la premura de los tiempos de la ciclostil y la clandestinidad. No es de recibo arrojar octavillas como se tiran los caramelos en la cabalgata de Reyes Magos, lo contundente debe ser el mensaje no la fuerza con la que te llega el papel.

Impresionaba ver Cibeles rodeada de pancartas blancas con el lema Por la paz contra el terrorismo escrito con letras rojas y negras, un mar de buenas intenciones, un paisaje de unidad en el que faltaba el PP, aunque sí que había militantes a título individual que no se cortaban al decirlo. En todo ese mar de carteles apenas había un par de ellos disonantes: «¿Dónde están los obispos?», o «Ni ETA ni carroñeros»; ¿acaso no son la misma materia? Obligados por el empuje del doble cordón de seguridad que estaba empeñado en llevarnos al trote hasta Toledo, lo suyo era hacer cabotaje por el resto de la manifestación. En la letra pequeña y en fuera de las comitivas oficiales uno se encuentra grandes sorpresas, como Petra Mateos (presidenta de Hispasat) confundida entre el personal, o las distintas asociaciones de inmigrantes ecuatorianos llegados de diversos puntos de España. Una de ellas portaba una ancha pancarta machadiana: «Ecuatoriano que vienes a España, te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón». Y el corazón tenía un trazo infantil que era realmente helador. A esas alturas ya había niños en carrito y señoras mayores, incluso un despistado peatón que olvidó levantar la pierna para cruzar el pivote del carril bus y se dio el morrazo de la tarde, un herido por la paz.

La manifestación tenía una parte más bullanguera alejada del núcleo oficial, hasta hubo quien se llevó la percusión para animar. Y es allí donde se hacían referencia a las ausencias de Gallardón y Esperanza Aguirre, («Paz y libertad, Esperanza dónde está», es difícil de acompasar pero si lo intentan, sale); también donde se coreaban dos eslóganes con la misma música: «¿Dónde están, no se ven, los obispos del PP?», o «¿Dónde están, no se ven, las banderas del PP?». Incluso un grupo de adolescentes le ponía el punto tierno a la coplilla: «ETA, escucha, así es como se lucha», unas voces angelicales que no habrían despertado de la siesta al ogro de José Ignacio de Juana Chaos. Más atrás marchaba una pancarta de la Unión de Actores y Artistas por la Paz, encabezada por Marisa Paredes y el actor Luis Mari Sánchez. Faltaban otros muchos significados en el No a la guerra, pero entonces recordé que quizá aquella cabeza lejana de la comitiva oficial era la de José Sacristán, ¡atiza, por lo tanto Cayetana Guillén y Sacristán estaban en comisión de servicios del sindicato de actores!, o eso o alguien se había olvidado de Marisa Paredes en la retaguardia. La actriz era el punto de elegancia de una tarde reivindicativa.

Veinte metros por delante caminaba la representación más bullanguera aunque no la más numerosa, la de UCE (Unión Comunista de España), integrada en gran parte por jóvenes con aspecto de Che Guevara y con la boina del Che tal y como se la colocaba para salir en la foto, antes de que el personaje ganara a la persona como icono de la venta de camisetas. Un alumno aventajado de Manolo el del Bombo hacía sonar la maza para acompañar el estribillo: «¡Qué barbaridad, otra vez gritando no pasarán!». Tenían el aspecto de los bolcheviques que chillaban contra el zar en Doctor Zhivago; de haber aparecido en el cielo los aviones de García Morato, todo hubiera cobrado sentido.

Ayer alguien perdió en las calles de Madrid una oportunidad, o la izquierda en aglutinar y persuadir, o la derecha en apuntarse y dejar claro que es la unidad la que dará la victoria sobre ETA. La calle no estaba vacía pero sin duda que había sitio para más gente, sobre todo en la cola final, que, apagada y sin cánticos, se diluía entre el ruido de las escobas de los equipos municipales de limpieza. La paz estaba al fondo pero no se veía por ninguna parte. Una extraña sensación de haber visto pasar una procesión triste.

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