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Vacunar el desconcierto

agosto 30th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Ni los llamados expertos, ni la autoridad sanitaria mundial, (mucho menos la nacional), conocen las consecuencias que puede provocar la Gripe A. Uno contempla las fotografías de Trinidad Jiménez en el laboratorio donde se fabrica el Tamiflu y parece que está viendo un documental sobre la II Guerra Mundial, uno de aquellos cortos sin voz que se fabricaban para dar moral a las tropas. Trinidad Jiménez mira cómo salen las cajas de antivirales con la misma atención que Churchill veía embarcar a los paracaidistas rumbo a Caen. Trinidad y Churchil tienen fe en la victoria pero no descartan que se produzcan numerosas bajas. El cámara saca un plano corto de la ministra poniendo cara de interés y luego unas cuantas secuencias de cajas que desfilan ordenadas por una cadena de producción que finalmente las arroja a unas cajas de cartón.
Con esto de la Gripe A sucede como con los delitos comunes: no sabemos si va por delante la eficacia policial o la estrategia del delincuente. Dicen que el virus presenta tantas variantes que es posible que ahora estén fabricando vacunas que dentro de poco no servirán. Lo cuál no quiere decir que los políticos se vayan a rendir, ni mucho menos; los volveremos a ver ante la cadena de producción y esta vez las cajas habrán cambiado de color para que nos demos cuenta de lo mucho que hacen por nosotros.
Da la impresión de que la información que tenemos acerca de la Gripe A no es más que la subida de la montaña rusa cuando todo el mundo sonríe feliz y confiado en que tampoco el viaje será para tanto. La bajada llegará el mes que viene cuando los fríos comiencen a despertar virus y éstos se muevan por nuestro organismo. Es verdad que la humanidad ha superado pandemias terribles, pero nunca se cuentan las bajas sino a los supervivientes.
Alguna duda más puede entrar cuando uno se plantea si los protocolos de actuación son los adecuados, si con todo es suficiente con un saludo a la japonesa y una despedida a la turca con un “hale, majete, que vaya bien”. Hoy los suicidas no dejan cartas de despedida sino que se dan dos besos y luego se sientan a ver cómo languidecen sus vidas delante de una puesta de Sol. Es aquello de morir a pares.
¿Será este virus lo más grave que nos ha pasado?, al mundo rico efectivamente porque contra “el virus” del hambre y de la miseria no hemos hecho nada jamás. La idea es que mientras que mueran los pobres tampoco hay por qué alarmarse; así que esta es la primera plaga de ricos, por eso los documentales, las declaraciones solemnes y el seguimiento en portada. ¡Ah, caramba!, haber empezado por ahí.

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De la poca cintura y del mucho enfado

agosto 23rd, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Será el cambio climático la causa de que a los políticos les haya cambiado el sentido del humor, (en el caso de que lo hubieran tenido alguna vez). Uno no hace más que escuchar sandeces agrias por todas partes y contempla mucha hiel sembrada en trampas. Dicen que el invierno será de la Gripe A, y lo que el virus deje vivo ya se encargarán de envenenarlo los del PSOE y los del PP.
Saleva´a Fuauli, conocido en el mundo del sumo por “Konishiki”, dejó la competición para dedicarse a tocar el “oukalele” y ahora dice que es un hombre mucho más feliz que antes, incluso ha adelgazado ciento veintinueve kilos, (llegó a alcanzar los trescientos tres en una báscula descomunal). Pues en el PP están dispuestos a seguir el camino inverso de “Konishiki”, y después de llevar media legislatura tocando el “oukalele” se pasan al sumo. De ahí que sus dirigentes nacionales hayan engordado el discurso y reten al Gobierno a que demuestre que les espía cuando ellos son incapaces de aportar una sola prueba. El espectáculo del sumo es así.
En el otro lado tenemos a un PSOE que no encuentra el sitio, y sin hacer comparaciones físicas a Zapatero le pasa como a Cayetano Rivera que no sabe dónde ponerse en la plaza. Ahora una reflexión, luego un dato y así hasta llegar a múltiples rectificaciones sin sentido. El último en apuntarse al rigodón, (dos pasitos adelante y uno para atrás), es José Blanco que anuncia medidas fiscales contra los que más tienen. Aquí entramos en un concepto metafísico puesto que los ricos nunca declaran lo que realmente ganan; por lo tanto la subida fiscal será para los atados a sueldo fijo con dos pagas extras. Definir el concepto de “rico” le puede llevar a José Blanco toda una vida de pensamiento dedicada en exclusiva a ese objeto. En la Unión Soviética trataron de calificar al “proletariado” como una masa laboral pero en cuanto el proletario se compró un “Lada” a tomar por saco la idea. ¿Se atreverá José Blanco a poner un impuesto especial sobre los banqueros españoles?, ¿a que no hay?
Este ambiente turbio lo puede solucionar de un “plumazo”, (literal), el pavo. Sí, ese animal que camina como un catedrático emérito. Dicen los científicos que la Gripe A puede mutar a los pavos y entonces las consecuencias serán terribles, para pavos, catedráticos, políticos y españoles en general.
Se echa en falta aquellos tiempos de la transición dónde se podían decir las cosas sin temor a que nos cayera un cubo de aceite hirviendo por la espalda. Faltan amor y humor. Estos políticos tan fatuos son de un cansino que espanta, pero es lo que hay y de momento poco más. El padre de una buena amiga sostiene que todos los bobos son solemnes. Pues ahí los tienen: en su coche oficial pensando en nuestro bienestar.

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Peligro: agua bendita

agosto 16th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

El Ministerio de Sanidad nos quiere nipones, al menos en lo que respecta con los saludos. Quiere que nos digamos “hola” pero de lejos; nada de besos, abrazos y carantoñas; se acabaron esos ósculos sonoros en los carrillos como los que nos daban las hermanas de nuestros padres cuando éramos pequeños, (aquellos besos de tía que eran escándalo de estación). La Gripe A nos va a volver, no sé si más sanos, pero sí bastante antipáticos. En el contagio directo hay más peligro que en caminar sobre un alambre porque el virus es social, aprovecha nuestros descuidos para colarse en las rendijas de estos cuerpos serranos.
Algunas costumbres van a tener que cambiar, y quién sabe si lo harán para siempre, igual somos la última generación de españoles que se han besado en público, en adelante lo harán con unos preservativos en la lengua, besos de compromiso mezclado con látex. Entre esos hábitos están los religiosos, ahora una pila con agua bendita puede ser un foco de contagio de primera mano. La autoridad sanitaria pone por delante la prevención al virus y por eso recomiendan no tocar el agua bendita; no es ateísmo radical, es prevención primaria. Otro tanto ocurre con los besamanos de vírgenes y santos, tan propios de esta época del año. Se acabó eso de “dónde besan dos, besan tres”, el virus también se coge por la peana y los santos también estornudan en sus hornacinas, ¿o es que no los escuchan?
Como siempre pasa que manejamos la teórica mejor que la práctica, ahora hace falta que la costumbre llegue a nuestras vidas y se instale. El primero que siga las normas de Sanidad va a quedar como un antipático: “¡ni te acerques, ni me beses, ni me des la mano!”, ¿Ha calculado Trinidad Jiménez el coste social que supone para el español no darse besos? Una vida sin contacto es un coñazo por muy profiláctico que nos la vendan puesto que no somos fríos ciudadanos del norte de Europa sino latinos de rozamiento inmediato.
De momento los monaguillos van a tener una obligación menos porque las pilas de agua bendita permanecerán secas, y los sacristanes no tendrán que limpiar los pies de los santos besados de manera continua durante siglos, y ellos dándole lustre con un paño. Pero que me diga Trinidad Jiménez cómo lo van a hacer en las bodas cuando lleguen a esa parte de la ceremonia en la que se dice: “pueden besarse”, ¿Entonces qué harán, se pondrán la mascarilla y acercarán sus temores mientras los testigos miran a otra parte? Si nos ponemos en ese plan las futuras noches de novios serán como partidas de niños con la “nintendo”, todo muy virtual pero sin contacto.

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Asuntos del bosque animado

agosto 9th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Es posible que el homo sapiens haya alcanzado la ciudad demasiado deprisa, de ahí algunos problemas que arrastramos y no me refiero sólo a dolores de la columna vertebral. Me refiero al descuido que tenemos con los bosques y que no es otra cosa que parte de la ignorancia del mundo rural que padecemos; se nos ha olvidado muy pronto de dónde hemos salido. Se calcula que cerca del ochenta por ciento de los bosques están abandonados y que tres de cada cuatro incendios están provocados por la mano del hombre puesto que donde no hay dueño existe la fechoría. Una manera de malentender lo que es de todos lleva a que algunos prendan fuego con el deseo de darle salida a su locura; me refiero a esos pirómanos que actúan sabiendo que no es tan cara la multa como amplio es su goce de ver cómo arde un bosque.
Aquí con los pirómanos hemos siendo muy generosos y, de momento, tampoco sabemos qué hacer con ellos más que echarles una regañina y pedirles que no vuelvan a cometer salvajismos. Lo que no existe es conciencia de que el bosque es asunto de todos y que tenemos la obligación de dejarlo mejor de lo que lo encontramos, una conciencia que no se refleja con dureza en el Código Penal porque no nos ha dado la gana. Botellas, latas y bolsas de plástico son el primer escalón del desprecio, luego vienen las cerillas y a partir de ahí los incendios. Pero el castigo por quemar el bosque es mínimo comparado con el daño que se provoca. Los pirómanos lo que hacen es actuar contra el “miedo-ambiente” con total impunidad igual que los macarras de la gasolina de la “kale-borroka”. Supongo que luego, entre ellos, se contarán sus andanzas que se resumen en un montón de cenizas y de especies vegetales, y animales, aniquiladas. El relato de sus cabronadas les debe reconfortar bastante.
La carrera hacia el “urbanita” del homo sapiens ha sido atropellada y muy injusta con el campo, de ahí la venganza de la tierra cuando se seca y de las nubes cuando se niegan a cumplir el ciclo natural. No hemos sido capaces de cambiar nuestros sentimientos hacia mejor, (hoy Caín mataría a su hermano Abel con un misil en lugar de con una quijada de burro), pero sí hemos logrado cargarnos el entorno con nuevas técnicas de destrucción masiva.
Igual que a los maltratadotes habría que ponerles una pulsera para evitar que se acercaran al bosque y acabaran con la vida. O eso, o una patada en el culo que de buen grado les sería dada hasta conseguir que se arrepintieran de hacer fuego de manera alegre. Por mí que los prendan como a Juana de Arco pero sin tanta ceremonia.

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Un luto muy poco riguroso

julio 12th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

A Michael Jackson le cantaron, le bailaron y le montaron un circo de cuerpo presente que por desgracia él se perdió y eso que estaba en primera fila envuelto en un ataúd tan dorado que nadie diría que era de oro. Fin del espectáculo. Hasta que ocurrió la desgracia de Lady Di, (si entresacamos su final de su “desgraciada” existencia), no se tenía muy claro que los funerales dieran audiencia; a partir de este momento cada vez que fallezca un músico acudiremos a los registros de pantalla para conocer su aceptación social. Ya que la música no se compra sino que se descarga al menos que sepamos cuánto de descargado, (por admirado), era ese cantante.
Aquella idea de que el luto era algo privado, familiar, un momento en el que los deudos buscaban el consuelo de la lectura de pasajes de la Biblia se ha terminado; al menos en Hollywood donde al muerto se le hace una coreografía y luego se venden los dvd´s por correo. Por lo tanto que a nadie le extrañe si en algún canal de televisión local empiezan a ofertar la posibilidad de conectar con las salas del tanatorio para dar una visión de “Gran Hermano” vestidos de negro. La idea se complementa con reportajes a los familiares y con testimonios de personas que conocieron al finado y que mantuvieron con él relaciones que su familia ignoraba. Semejante caos en los tanatorios provocaría increíbles picos de audiencia que darían a su vez unos pingues beneficios a la empresa autora del formato.
A Jackson le hicieron una fiesta con guión escrito al detalle, un acto que tenía escaleta y regidor, una manera de decir adiós que es poco corriente. Michael Jackson aún dentro del ataúd fue capaz de hacer taquilla. Si hubieran paseado al muerto por las cincuenta ciudades a las que tenía pensado asistir con su gira, habría llenado estadios igual que si hubiera estado vivo. Por lo tanto nos podemos cuestionar si nos interesaba tanto su obra musical o su duelo; es imposible que los millones que siguieron la ceremonia llorasen de corazón por alguien a quién apenas conocían. A la televisión le seguimos dando un poder maternal que nos tiene unida a sus emociones a través del cordón umbilical del mando a distancia. Un niño destripado en Irak cuando sale en un telediario no nos conmueve pero nos echamos a llorar al ver a la familia Jackson.
La manera de “disfrutar” del luto ha variado mucho, no tanto por la parte exhibicionista del dolor sino por la de sentarse con unas palomitas a ver cómo le cantan a un muerto. Este pasarlo bien mediante pasarlo mal seguro que tiene una explicación sicológica. No descarten que en próximos funerales el ataúd sea articulado y así el muerto pueda firmar autógrafos.

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La muerte hace horas extras

junio 28th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Se puede vivir como un niño y morir como un viejo cuando ni siquiera se ha estirado la madurez, efectivamente Michael Jackson.
Hay que tener en cuenta los trabajos extras que ha tenido que hacer la muerte para dar con él: primero se operó la nariz, luego se alisó el pelo, más tarde fue mutando el color de su piel hasta conseguir un rostro y una tonalidad que le acercaba a la categoría de figura viviente del Museo de Cera. La muerte ha tenido que buscarle entre las pastillas para diversas hipocondrías, ha tenido que acceder a su vivienda que en realidad es un parque infantil donde no hay ascensores sino montaña rusa. La muerte ha trabajado mucho para llevarse por delante a Michael Jackson, ni siquiera la presencia de su médico en el momento del ataque le valió para nada. La moraleja es que ni los ricos hipocondríacos se pueden librar de la parca, y también que a veces es mejor no tener un médico cerca porque te puede jorobar del todo con una inyección inoportuna, (ya decía Jardiel que los médicos son aquellas personas que nos acompañan a la muerte con términos griegos. La versión más popular la encontramos en la letra de “Pedro Navaja”: “si naciste para martillo del cielo te caen los clavos”).
De nada le valieron guardaespaldas orondos y mascarillas para no coger virus; poco hicieron por él las botellas de oxígeno que le acompañaban en un dormitorio asépticamente cerrado y con sábanas anti alérgicas que serían pasadas por lavadoras dotadas de filtros para ácaros. Tenía que llegar su hora y esta vez no pudo huir a pesar de tener los pies más rápidos de la historia del pop. Ahora sus fans cantan un “miserere” bailón y contagioso, ellos le perdonan todo menos que no se levante del ataúd para rodar la segunda parte de “Thriller”.
Jackson es un producto de la fantasía de Orwell, el primer hombre enjaulado por el éxito. Dicen que temía acabar como Elvis, quizá por eso se casó con su hija para no defraudar a su propia biografía. Pero Elvis tuvo algo más de libertad hasta que llegó a la edad de las pastillas; en cambio Michael Jackson creció a base de pastillas hasta que dejó de tener edad para trocarse en un ser extraño con facciones de experimento de laboratorio. Nada había en él que fuera natural. Le ha llegado la muerte atrapado en su propio laberinto.
Le lloran como un faraón en su pirámide, le reclaman un bis que no va a ser posible porque aquel que tanto ritmo tuvo en vida ya no puede escuchar nada. No sé cómo será su epitafio pero podría copiar el de Groucho y decir: “disculpe señora que no me levante”, (y le saque a bailar). La muerte es así: indiscriminada y faltona, poco podemos hacer contra ella, (en todo caso échale la culpa al boogie).

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¿Tiene algo que añadir el acusado?

junio 14th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

No es cuestión de ponerse dramáticos pero cuando nos llegue la hora, (bien sea en el bíblico valle de Josafat, o en el agnóstico laberinto de nuestras contradicciones), entonces nos pedirán algunas cuentas por nuestro pasado. Imaginemos que nos sientan en una silla pequeña y que nos ponen un foco en la cara tal y como hacen en las comisarías del cine negro. Será ahí cuando nos sometan al tercer grado de lo que ha sido nuestra vida y nos canten las cuarenta con voz de Pitingo y taconeo de Joaquín Cortés. Llegados a ese momento, y por si fuera de interés, sugiero llevar anotados unos cuantos agravios para nuestra defensa.
Cuando desde arriba se escuche la frase ritual: “¿Tiene algo que añadir el acusado?, uno podrá decir: “sí, un momento”, y es cuando sacaremos el contrato de Cristiano Ronaldo y las fotos de la juerga en Los Ángeles con París Hilton. Es cuando podremos decir que pecamos fumando y poniéndole gasolina al coche, que fuimos insolentes con Dios al meternos en una hipoteca y completamente irresponsables al pensar que podríamos mantener a una familia sin pasar apuros. Con lágrimas en los ojos podríamos hacer un alegato en nuestra defensa que justificara esos cigarros que hemos fumado y esa manera de acelerar a lo loco pero a favor de nuestros impuestos. Ahora bien: ¿Qué son nuestros pecados frente a los de una sociedad que paga 94 millones de euros a un futbolista?, nada, poca cosa. Podríamos decir que renunciamos a nuestra alma para dársela al capitalismo y que él premiara a unos pocos aunque nos jorobara a todos los demás.
Con ese alegato en nuestra defensa lo iba a tener complicado Dios para enviarnos al infierno. Daríamos la imagen de unos pobres desgraciados que pagaron impuestos, cumplieron la ley, bailaron en la cola del paro… pero no tuvieron suerte. En cambio se sintieron muy felices al saber que a Ronaldo le habían pagado una fortuna por hacer algo que muchos de los “cristianos” estarían dispuestos a hacer gratis: jugar al fútbol. En este caso no hay demonio ni tentación, Florentino Pérez paga lo que dice el mercado pero lo asombroso es que nadie cuestione al mercado y en cambio se aplauda la operación sin rechistar. Por encima de la oferta y la demanda no hay otras leyes, ellas son las que regulan nuestro sistema nervioso.
La foto impúdica de este jugador tumbado en una discoteca de Los Ángeles da idea del tipo de sociedad que se quiere potenciar. Un peligroso juego de destrucción mental que lleva a creer que marcar un gol lo justifica todo, porque no hay nada por encima del éxtasis de un gol, (la fe vende camisetas, Florentino). Con ese alegato quizá sólo nos condenen a una eternidad frente al espejo, por idiotas.

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Maniobras orquestales en la oscuridad

junio 7th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

La policía científica de Bangkok parece que nunca había tenido un caso más fácil para resolver: el actor David Carradine, (en su juventud llamado “Kung-Fú”), murió en un “solitario accidente sexual”. El parte policial concluye que Carradine fue encontrado con una cuerda atada al cuello y con otra a su órgano genital; ambas enlazadas con la puerta de la habitación del hotel.
Podíamos pensar que fue la camarera del servicio de habitaciones la que provocó su muerte al abrir la puerta para controlar el minibar. En ese caso el empuje habría hecho polea sobre la garganta y cataplines de “El pequeño saltamontes” que dolorido por el apretón genital tampoco habría tenido voz para expresar su lacerante situación. Estúpido pero mortal accidente que acaba con una leyenda del cine en apenas el tiempo que dura abrir y cerrar una puerta. A Carradine le costó la vida pero el susto de la camarera debe ser de por vida puesto que ver a un famoso desnudo, atado de cuello y órganos genitales, y con la lengua fuera removiéndose en agitada huida no debe ser sencillo de superar. Aquella mujer tenía dos salidas: bien descolgar al onanista, o bien pedirle un autógrafo al actor pero se supone que no sería el mejor momento. Así que sus gritos alertarían al servicio de seguridad, éste a la policía de Bangkok y así hasta que apareciera un detective tipo Colombo que miraría el cadáver con desprecio y poca piedad. Luego le quitarían las cuerdas, y los de la funeraria se las ingeniarían para meterlo dentro de una caja y que no se le notara la cara de vicio que tuvo en sus últimos minutos de vida.
No aclaran las crónicas si fue capaz de consumar el acto onanista, o si por el contrario el acto le consumió a él dejándolo tan seco como frío. Este extremo deberían aclararlo por lo que tenga de peligroso ejemplo para otras personas que estando solos en un hotel y teniendo una soga a mano… tengan la intención de colgarse por los cataplines. Nunca se sabe hasta dónde puede llegar un mal ejemplo.
¡Quién se iba a imaginar que un viejo alumno del monasterio, criado en la templanza de los deseos, fuera a caer víctima de un calentón solitario! Se ve que al “pequeño saltamontes” no le enseñaron a hacer “el salto del tigre”; toda esa concentración aprendida se desmoronó en la habitación de un hotel de Bangkok. El resto ya fue producto de la mala suerte. Tampoco la camarera sabía que al abrir esa puerta fuera a acabar con un mito del Kung-Fú; ella sólo quería acercarse al minibar y él tenía atadas sus partes al pomo. Luego el portazo. Hay corrientes que duelen y otras que matan. Tenía que haber colgado el cartel de: “por favor, no masturben”.

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Fuerza y Honor en la final de Roma

mayo 31st, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Para insuflar ánimos a la plantilla “Pep” Guardiola tuvo claro que debía proyectar un montaje basado en la película “Gladiator” mezclada con imágenes del equipo. El resultado fue una inyección de moralina en todo el corazón, y sus efectos en Messi, Iniesta y resto de jugadores los vieron millones de espectadores por la tele. Supongo que para Guardiola lo más rápido era aplicar una dosis doble de “Gladiator” en vena a sus jugadores, no era el momento de hablarles de Lao-Tsé ni de llevarles a la lectura de libros de caballerías. Otros se hubieran complicado la vida con charlas de pizarra que arrastran a la pereza de la tabla periódica de elementos, esa letanía mortal de gases y pesos específicos.
Guardiola podría haber optado por entregarle a Etoo un ejemplar de “El Arte de la Guerra” de Sun Tzu pero quizá la disección de ese libro le hubiera ocupado varias vidas cuando en realidad interesaba transmitir una emoción rápida y breve. Toda final deportiva tiene un punto épico, Guardiola supo aprovecharlo usando las nuevas tecnologías que permiten la propagación de un mensaje en apenas veinte segundos, (que se lo digan a los partidos políticos que se zurran en videos lo que luego no están dispuestos a discutir en ideologías). A partir de ese momento dejó de ser el entrenador de una plantilla de fútbol para convertirse en un general del XIX de los que movían masas de tropas por extensas llanuras. Sólo le faltó acudir a los sonidos del tambor del Bruc para ofrecer una moralina completa, entusiasta y eficaz. Ya lo dicen los del cine que sin efectos especiales no seríamos nadie, pero antes lo dijo Alejandro que se ocupó de la disciplina en combate como primer paso de una victoria asegurada.
En los monasterios el papel de propagador de la moral lo tiene el monje lector que repasa fragmentos de textos religiosos que infunden ánimo a los comensales. Es decir que siempre es conveniente que alguien nos potencie lo mejor que tenemos dentro para luego dar el salto a la victoria. Esto lo sabe Guardiola; hay equipos (y monjes) que salen derrotados y con la fe perdida antes de que el diablo empiece a dar patadas. Así que de vez en cuando, además de comprar la fabada de la abuela, es conveniente tener a la abuela cerca para que nos suba el ánimo y nos tire piropos de espejo; esos que dicen que no hay nadie más guapo que yo.
Sólo por el truco de “Gladiator” Guardiola merecería dar otra vuelta por Barcelona con el coche descubierto. Nadie como él ha sabido que tenemos dos tercios de agua en nuestra composición, pero que también algo de cine llevamos dentro, de ahí lo importante que es encontrar cada uno su mejor banda sonora.

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Las tormentas son una ópera natural

mayo 24th, 2009 - Sin categoría - Sin comentarios

Por: RAFAEL MARTÍNEZ-SIMANCAS

Benedetti era un señor que escribía donde Neruda había dejado el verso y que tenia una cara que parecía un dibujo trazado por Quino, (el autor de Mafalda). Gastaba bigote de Einstein y la prudencia de un señor cualquiera. Benedetti nos dejó escrito que es “conveniente y hasta necesario” tener próximo el cuerpo de la mujer que amas por si ocurre cualquiera de estas tres cosas: un desconsuelo, un apagón o una avería. Lo que quería decir es que dos juntos son mucho más que dos, (en realidad luego lo dijo en otro poema que estropeó Nacha Guevara con un lirismo exacerbado, casi cómico por cósmico). Lo que quería explicar el poeta es que la luz de los mejores momentos parte de la intimidad de dos amantes, de ahí la chispa que luego prende e ilumina aunque la estancia esté a oscuras. En el amor se puede ver aunque no haya claridad, paradoja de la pasión.
Según los partes del tiempo gran parte de España está bajo la amenaza de las tormentas, eso quiere decir que morirán mariposas y orugas que surgieron en primavera, pero también significa que es conveniente y “hasta necesario” estar acompañado por si los truenos nos despiertan de madrugada.
Es entonces cuando la naturaleza compite con la ópera y monta un espectáculo de luz y sonido que resulta inigualable; no hay castillo de fuegos artificiales que pueda competir con una tormenta en condiciones. Además, es infinitamente más sensual oler a ozono y a tierra mojada que toser con el humo de la pólvora. Y como la naturaleza no pierde el tiempo en escribir el libreto nunca nos enteramos de quién es el bueno y quién es la chica que pretende seducir, muy al contrario nos confunde con sombras alargadas de árboles asustados que huirían si tuvieras pies. A su estilo los relámpagos son grandes destellos de fotógrafo que se producen sin que nos de tiempo a sonreír. Es una ópera en varios actos, sin descanso, que termina no en aplausos sino en canto de pajaritos que salen cuando ha pasado el peligro.
Si uno tiene suerte, si ha guardado las debidas precauciones puede disfrutar de una buena tormenta. Pero cuidado porque hay peligro, tanto en las pasiones como en las descargas eléctricas de las nubes; en el primer lugar hay gente que naufraga pero los corazones rotos no vienen en la estadística, en el segundo caso hay un informe que concluye que cerca de novecientas personas murieron en España, entre 1995 y 2007, a causa de las tormentas. Es un fenómeno serio, muy a tener en cuenta, tanto o más que los accidentes domésticos que llenan las mesas de los forenses y tan espanto causan en la vecindad cuando es conocida la noticia. Pero muy agradable en caso de estar bien acompañado.

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